No te equivoques porque el ADN tan solo transmite información genética, no sensaciones vitales, ni tampoco es el cerebro el encargado de conocer cuántas y qué sensaciones vitales necesitamos, de hecho es que los bebés entre sed y hambre o tristeza y alegría tienen serios problemas identificativos y te explico el porqué.
Nuestro cerebro está compuesto de una serie de ventrículos, cavidades por las que circula el líquido cefalorraquídeo. Pues bien, la lámina terminal se encuentra ubicada en uno de estos ventrículos, concretamente en el tercero, y es la responsable de mandar un aviso a nuestro cerebro para que bebamos y evitemos así la deshidratación.
En el interior de esta lámina terminal existen regiones especializadas con neuronas capaces de detectar, gracias a una especie de sensores, un cambio en la concentración de sales y en el volumen de éstas en nuestras células. Asimismo, cuando otros órganos de nuestro cuerpo detectan alguna anomalía o información relevante relacionada con la sed, la envían directamente a esta lámina para que haga su función.
Esta estructura ubicada en nuestro cerebro recibe información de la presión sanguínea y del volumen de sangre, pero también de regiones de nuestro cerebro que regulan los ritmos circadiana, estos son «nuestro reloj biológico«. Todo ello provoca que nuestro cerebro nos anime a beber agua, por ejemplo, antes de dormir al saber que pasará un largo periodo de tiempo hasta que volvamos a ingerir agua.
En esta Máster Class supongo hayas aprendido el importante papel que juega la lámina terminal de nuestro cerebro para evitar la deshidratación. Sin embargo, «todo esto es mucho más complejo de lo que parece», y es que el cerebro humano gestiona tanta información, que envía a otras regiones del cuerpo, que crea un flujo en constante funcionamiento para mantener la homeostasis, «el equilibrio dinámico que nos permite sobrevivir».
Conclusión: Primero acontece la necesidad biológica, posteriormente dicha necesidad se transmite al cerebro para que la compute para que actúes, o sea gestiona la información no es la información en sí.
Por cierto, todas las especies animales la poseen y mucho más perfeccionada que la nuestra.