La verdadera persecución contra el cristiano sincero fue cuando la propia religión "cristiana" comenzó a perseguir, quemar y matar a aquellos que querían traducir la Biblia a la gente común.
Esta época es lo que comúnmente se llama los siglos del "oscurantismo religioso". La religión estatal no permitía que la gente tuviese una Biblia y menos traducirla al lenguaje común de la gente.