.- El Génesis de las fes judeocristianas e islámicas


En el Génesis, el primer libro de la Torá judía (Tanaj) y la Biblia cristiana, contiene dos historias del origen, las cuales son aceptadas como la creación del mundo por el judío de hoy y las religiones cristiana e islámica. En el primero, Dios dice: «Sea la luz«, y aparece la luz. En seis días, se crea el cielo, la tierra, las plantas, el sol y la luna, los animales y todas las criaturas, incluidos los humanos. Para todo lo que dice, «Sed fecundos y multiplicaos«, que lo hacen. En el séptimo día Dios descansa, contempla su obra, y se da una buena evaluación. En la segunda historia, Dios crea el primer hombre, Adán, de la tierra. Hace un jardín en el Edén de Adán, pero le prohíbe comer del fruto del «Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal«. Adán da nombre a los animales (a todos – cerca de 10 millones de especies – total para nada, luego tuvimos que volverles a poner nombre), pero sigue estando solo. Así que Dios (yahvé) anestesia a Adán y hace de una de sus costillas a la primera mujer para que le ayude en el campo, Eva. Una serpiente parlante la persuade para comer el fruto prohibido, y convence a Adán para que haga lo mismo. Cuando Dios se entera, los conduce desde el jardín y hace que el hombre trabaje en el campo (algo que ya hacía) y a la mujer que para con dolor. ¡Deberían haberse conformado con los albaricoques!

Los griegos y sus Titanes

Los antiguos poetas griegos plantearon diversas cosmogonías. La mejor conservada es la Teogonía de Hesíodo. En este himno, a partir del caos primordial llegaron las primeras divinidades, como Gaia (madre tierra). Gaia creó a Urano, el cielo, para cubrirse. Ellas generaron una colección extraña de dioses y monstruos, incluyendo los Hecatónquiros, monstruos con 50 cabezas y cien manos, y los Cíclopes, los «ojo-circulares» (de un solo ojo), que más adelante serían los forjadores de los rayos de Zeus. Luego vinieron los dioses conocidos como los Titanes, seis hijos y seis hijas. Urano, despreciando a sus monstruosos hijos, los encarceló en el Tártaro (las entrañas de la tierra). Enfurecida, Gaia hizo una hoz enorme y se la dio a su hijo menor, Cronos, con unas instrucciones. Cuando Urano fue a copular con Gaia, Cronos apareció a su lado, saltó y cortó los genitales de su padre¡! Cuando la sangre de Urano y de sus partes íntimas cayeron, brotaron más monstruos, los Gigantes y las Furias. De la espuma del mar revuelto, por los santos testículos, vino la diosa Afrodita. Más tarde, Cronos fue padre de la nueva generación de dioses: Zeus y los dioses del Olimpo. Este intentó comérselos a todos hasta que, de nuevo, uno de sus hijos (Zeus) consiguió rajarlo y sacar a sus hermanos de ahí. Y chico… estos también salieron disfuncionales!