Y maldita también la santería, porquería de mierda y sus dioses y diosas malditos ídolos asquerosos.
Y maldita también la santería, porquería de mierda y sus dioses y diosas malditos ídolos asquerosos.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Y maldito el libro de mormón y maldita cada una de sus malditas páginas.
Y maldita, con maldición grande, cada una de las iglesias de los mormones. Malditas más que ayer, de ahora en adelante.
Wigberto,
tomate un valium hijo mio.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
Y conste que no digo ninguna cosa mala, a menos que odien la verdad. El libro de mormon es un maldito libro mentiroso de mierda. Que se quemen esas malditas iglesias del mormon como las católicas, todas juntas como se juntaron con sus demoniacas creencias a cuestas, los líderes de ambos grupos de adivinación y hasta necromacia. Los mormones preocupados por la genética y por sus antepasados carnales, porque sus dioses son ídolos y nada más y sus muertos son polvo, y no dioses, solo eso.
A los mormones y a todos esos necromantes malditos, les faltó con urgencia acercarse a la verdad. Sin embargo, muchos murieron esperando ser dioses y la verdad es que son polvo.
Hablando de los malditos de los últimos días, esos, que andan inventando mentiras y sintiendo que deben seguir mentiras malditas. Hay evidencia de que los indios provenían de Siberia, no de Israel.
Así como el maldito libro del mormón los engañó de esa manera, así de engañados están con la esperanza que les promete. Los mormones pueden sentir que tienen alguna esperanza, pero no les mentiré, ellos no tienen ninguna esperanza. Sus muertos son y serán polvo, eso también es verdad.