Resulta evidente que Yahveh ignora a los demás hijos y se interesa por las pesquisas de Satanás, en modo alguno contrario a sus planes. A los meapilas que acomodan el libro de Job a sus mezquinas interpretaciones, les aconsejo que vuelvan a leerlo. Satanás forma parte de los Hijos de Dios, y con una misión muy clara (según este libro).

6 El día que los Hijos de Dios venían a presentarse ante Yahveh, vino también entre ellos el Satán.
7 Yahveh dijo al Satán: «¿De dónde vienes?» El Satán respondió a Yahveh: «De recorrer la tierra y pasearme por ella.»
8 Y Yahveh dijo al Satán: «¿No te has fijado en mi siervo Job? ¡No hay nadie como él en la tierra; es un hombre cabal, recto, que teme a Dios y se aparta del mal!»
9 Respondió el Satán a Yahveh: «Es que Job teme a Dios de balde?
10 ¿No has levantado tú una valla en torno a él, a su casa y a todas sus posesiones? Has bendecido la obra de sus manos y sus rebaños hormiguean por el país.
11 Pero extiende tu mano y toca todos sus bienes; ¡verás si no te maldice a la cara!»
12 Dijo Yahveh al Satán: «Ahí tienes todos sus bienes en tus manos. Cuida sólo de no poner tu mano en él.» Y el Satán salió de la presencia de Yahveh.
(Job 1:6-12 - Biblia de Jerusalén)