JESUCRISTO NOS ENSEÑA la verdadera LEY DE DIOS...

[misericordia]

(Mateo 10, 34 – 35): "No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada.
Porque he venido para poner en disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra"



LUCAS 22:36
Entonces les dijo: Pero ahora, el que tenga una bolsa, que la lleve consigo, de la misma manera también una alforja, y el que no tenga espada, venda su manto y compre una.

Jesucristo quería que sus discípulos llevaran una espada, porque llegado el momento Él iba a enseñar sobre la espada. Pues cuando Pedro para defender a Jesús le cortó una oreja al centurión que los amenazaba, Jesucristo corrigió a Pedro y le sanó la oreja a aquel soldado, y también le dijo a Pedro que envainara su espada, porque el que a espada mata a espada morirá.

[Loma_P]

Jesucristo quería que sus discípulos llevaran una espada, porque llegado el momento Él iba a enseñar sobre la espada. Pues cuando Pedro para defender a Jesús le cortó una oreja al centurión que los amenazaba, Jesucristo corrigió a Pedro y le sanó la oreja a aquel soldado, y también le dijo a Pedro que envainara su espada, porque el que a espada mata a espada morirá.

Según San Mateo (26:47-54)

Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un gran tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo. El que le entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es: prendedlo». Y enseguida se acercó a Jesús y le dijo: —Salve, Rabbí —y le besó. Pero Jesús le dijo: —Amigo, ¡haz lo que has venido a hacer! Entonces, se acercaron, echaron mano a Jesús y lo apresaron. De pronto, uno de los que estaban con Jesús se llevó la mano a la espada, la desenvainó, e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja. Entonces le dijo Jesús: —Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que recurren a la espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo acudir a mi Padre y al instante pondría a mi disposición más de doce legiones de ángeles? Entonces, ¿cómo se van a cumplir las Escrituras, según las cuales tiene que suceder así? En aquel momento le dijo Jesús a la gente: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y no me prendisteis. Todo esto sucedió para que se cumplieran las Escrituras de los Profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Según San Marcos (14:43-52)

Todavía estaba hablando, cuando de repente llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes, por los escribas y por los ancianos. El que lo entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es; prendedlo y llevadlo bien custodiado». Y nada más llegar se acercó y le dijo: —Rabbí —y le besó. Entonces le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los que le rodeaban, desenvainando la espada, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja. En respuesta Jesús les dijo: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días estaba entre vosotros en el Templo enseñando, y no me prendisteis. Pero que así se cumplan las Escrituras. Entonces, lo abandonaron y huyeron todos. Y un joven, que se cubría el cuerpo tan sólo con una sábana, le seguía. Y lo agarraron. Pero él, soltando la sábana, se escapó desnudo.


Según San Lucas (22:47-53)

Todavía estaba hablando, cuando de pronto llegó un tropel de gente. El que se llamaba Judas, uno de los doce, los precedía y se acercó a Jesús para besarle. Jesús le dijo: —Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Los que estaban a su alrededor, al ver lo que iba a suceder, dijeron: —Señor, ¿atacamos con la espada? Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Pero Jesús, en respuesta, dijo: —¡Dejadlo ya! — y tocándole la oreja, lo curó. Dijo después Jesús a los que habían venido contra él, príncipes de los sacerdotes, oficiales del Templo y ancianos: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Mientras estaba con vosotros todos los días en el Templo, no alzasteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.


Según San Juan (18:1-12)

Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el que entraron él y sus discípulos. Judas, el que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se reunía frecuentemente allí con sus discípulos. Entonces Judas se llevó con él a la cohorte y a los servidores de los príncipes de los sacerdotes y de los fariseos, y llegaron allí con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a ocurrir, se adelantó y les dijo: —¿A quién buscáis? —A Jesús el Nazareno —le respondieron. Jesús les contestó: —Yo soy. Judas, el que le iba a entregar, estaba con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», se echaron hacia atrás y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: —¿A quién buscáis? — A Jesús el Nazareno —respondieron ellos. Jesús contestó: —Os he dicho que yo soy; si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos. Así se cumplió la palabra que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El criado se llamaba Malco. Jesús le dijo a Pedro:—Envaina tu espada. ¿Acaso no voy a beber el cáliz que el Padre me ha dado? Entonces la cohorte, el tribuno y los servidores de los judíos prendieron a Jesús y le ataron.

Cuatro evangelios y los cuatro distintos entre sí, ¿Cohorte romana o multitud?, ¿Le sanó o pasó de sanarle?

[misericordia]

Según San Mateo (26:47-54)

El criado se llamaba Malco. Jesús le dijo a Pedro:—Envaina tu espada. ¿Acaso no voy a beber el cáliz que el Padre me ha dado? Entonces la cohorte, el tribuno y los servidores de los judíos prendieron a Jesús y le ataron.

Cuatro evangelios y los cuatro distintos entre sí, ¿Cohorte romana o multitud?, ¿Le sanó o pasó de sanarle?

Son cuatro versiones del Evangelio, pero que se complementan para enseñar el Evangelio completo. Los que aman el Evangelio no buscan imperfecciones en la enseñanza global del Evangelio.

Sino que tienen en cuenta todas sus enseñanzas como base para predicar la misericordia. Y es que las cuatro versiones del Evangelio, están escritas para enseñar lo que Dios quiere, que es la misericordia.

[Loma_P]

Son cuatro versiones del Evangelio, pero que se complementan para enseñar el Evangelio completo. Los que aman el Evangelio no buscan imperfecciones en la enseñanza global del Evangelio.

Sino que tienen en cuenta todas sus enseñanzas como base para predicar la misericordia. Y es que las cuatro versiones del Evangelio, están escritas para enseñar lo que Dios quiere, que es la misericordia.

Precisamente hay que ser crítico con lo que se lee, hay que ser consciente de lo que se lee, hay que analizar lo que se lee, hay que entender lo que se lee.

Malo es que haya contradicciones, que haya distintas versiones sobre tal o cual supuesto hecho, si los dichos se contra ponen si en una frase te solicita misericordia y en la otra que vendas la capa para comprar espadas, en fin analizar lo que se lee y máxime cuando de lo que lees haces con ello doctrina de tu vida.

No se va uno a creer cualquier tontería que se escuche por ahí tan solo porque un tonto la diga.

[misericordia]

Precisamente hay que ser crítico con lo que se lee, hay que ser consciente de lo que se lee, hay que analizar lo que se lee, hay que entender lo que se lee.

Malo es que haya contradicciones, que haya distintas versiones sobre tal o cual supuesto hecho, si los dichos se contra ponen si en una frase te solicita misericordia y en la otra que vendas la capa para comprar espadas,

Jesucristo nos dice que Él quiere misericordia y cuando Él manada comprar espadas a sus discípulos, es para dejar aclarado un acto muy importante de misericordia. Pues cuando Pedro saco la espada para defender a Jesús, entonces Jesucristo le reprendió y le dijo, que guardara su espada. Porque el que a espada mata, a espada morirá. Este es el ejemplo que guarda relación con la misericordia.

Igualmente te digo de otras contradicciones que tú apuntas, pues no hay contradicción ninguna cuando se entienden bien las palabras del Evangelio.

[Loma_P]

Según San Mateo (26:47-54)

Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un gran tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo. El que le entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es: prendedlo». Y enseguida se acercó a Jesús y le dijo: —Salve, Rabbí —y le besó. Pero Jesús le dijo: —Amigo, ¡haz lo que has venido a hacer! Entonces, se acercaron, echaron mano a Jesús y lo apresaron. De pronto, uno de los que estaban con Jesús se llevó la mano a la espada, la desenvainó, e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja. Entonces le dijo Jesús: —Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que recurren a la espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo acudir a mi Padre y al instante pondría a mi disposición más de doce legiones de ángeles? Entonces, ¿cómo se van a cumplir las Escrituras, según las cuales tiene que suceder así? En aquel momento le dijo Jesús a la gente: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y no me prendisteis. Todo esto sucedió para que se cumplieran las Escrituras de los Profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Según San Marcos (14:43-52)

Todavía estaba hablando, cuando de repente llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes, por los escribas y por los ancianos. El que lo entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es; prendedlo y llevadlo bien custodiado». Y nada más llegar se acercó y le dijo: —Rabbí —y le besó. Entonces le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los que le rodeaban, desenvainando la espada, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja. En respuesta Jesús les dijo: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días estaba entre vosotros en el Templo enseñando, y no me prendisteis. Pero que así se cumplan las Escrituras. Entonces, lo abandonaron y huyeron todos. Y un joven, que se cubría el cuerpo tan sólo con una sábana, le seguía. Y lo agarraron. Pero él, soltando la sábana, se escapó desnudo.


Según San Lucas (22:47-53)

Todavía estaba hablando, cuando de pronto llegó un tropel de gente. El que se llamaba Judas, uno de los doce, los precedía y se acercó a Jesús para besarle. Jesús le dijo: —Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Los que estaban a su alrededor, al ver lo que iba a suceder, dijeron: —Señor, ¿atacamos con la espada? Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Pero Jesús, en respuesta, dijo: —¡Dejadlo ya! — y tocándole la oreja, lo curó. Dijo después Jesús a los que habían venido contra él, príncipes de los sacerdotes, oficiales del Templo y ancianos: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Mientras estaba con vosotros todos los días en el Templo, no alzasteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.


Según San Juan (18:1-12)

Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el que entraron él y sus discípulos. Judas, el que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se reunía frecuentemente allí con sus discípulos. Entonces Judas se llevó con él a la cohorte y a los servidores de los príncipes de los sacerdotes y de los fariseos, y llegaron allí con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a ocurrir, se adelantó y les dijo: —¿A quién buscáis? —A Jesús el Nazareno —le respondieron. Jesús les contestó: —Yo soy. Judas, el que le iba a entregar, estaba con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», se echaron hacia atrás y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: —¿A quién buscáis? — A Jesús el Nazareno —respondieron ellos. Jesús contestó: —Os he dicho que yo soy; si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos. Así se cumplió la palabra que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El criado se llamaba Malco. Jesús le dijo a Pedro:—Envaina tu espada. ¿Acaso no voy a beber el cáliz que el Padre me ha dado? Entonces la cohorte, el tribuno y los servidores de los judíos prendieron a Jesús y le ataron.

Cuatro evangelios y los cuatro distintos entre sí, ¿Cohorte romana o multitud?, ¿Le sanó o pasó de sanarle?

Jesucristo nos dice que Él quiere misericordia y cuando Él manada comprar espadas a sus discípulos, es para dejar aclarado un acto muy importante de misericordia. Pues cuando Pedro saco la espada para defender a Jesús, entonces Jesucristo le reprendió y le dijo, que guardara su espada. Porque el que a espada mata, a espada morirá. Este es el ejemplo que guarda relación con la misericordia.

Igualmente te digo de otras contradicciones que tú apuntas, pues no hay contradicción ninguna cuando se entienden bien las palabras del Evangelio.

Pues nada responde a la pregunta entonces, que eran multitud o cohorte romana?, qué pasó le repuso la oreja o pasó de reponérsela? ... muéstranos tu entendimiento.

[misericordia]

Pues nada responde a la pregunta entonces, que eran multitud o cohorte romana?, qué pasó le repuso la oreja o pasó de reponérsela? ... muéstranos tu entendimiento.

Mi entendimiento es que Jesucristo reafirma toda su enseñanza con los hechos que enseña el Evangelio, todo se trata de amar el Evangelio de Jesucristo. Si tú no amas el Evangelio de Jesucristo siempre tendrás oportunidad de encontrar cosas imperfectas en la forma de interpretar el Evangelio. Pero si algún día llegas a amar a Jesucristo, entonces toda la enseñanza del Evangelio te parecerá perfecta.
Todo es cuestión de amor.....

[Loma_P]

Según San Mateo (26:47-54)

Todavía estaba hablando, cuando llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un gran tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes y por los ancianos del pueblo. El que le entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es: prendedlo». Y enseguida se acercó a Jesús y le dijo: —Salve, Rabbí —y le besó. Pero Jesús le dijo: —Amigo, ¡haz lo que has venido a hacer! Entonces, se acercaron, echaron mano a Jesús y lo apresaron. De pronto, uno de los que estaban con Jesús se llevó la mano a la espada, la desenvainó, e hirió al criado del sumo sacerdote, cortándole la oreja. Entonces le dijo Jesús: —Vuelve tu espada a su sitio, porque todos los que recurren a la espada, a espada perecerán. ¿O piensas que no puedo acudir a mi Padre y al instante pondría a mi disposición más de doce legiones de ángeles? Entonces, ¿cómo se van a cumplir las Escrituras, según las cuales tiene que suceder así? En aquel momento le dijo Jesús a la gente: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo, y no me prendisteis. Todo esto sucedió para que se cumplieran las Escrituras de los Profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

Según San Marcos (14:43-52)

Todavía estaba hablando, cuando de repente llegó Judas, uno de los doce, acompañado de un tropel de gente con espadas y palos, enviados por los príncipes de los sacerdotes, por los escribas y por los ancianos. El que lo entregó les había dado esta señal: «Al que yo bese, ése es; prendedlo y llevadlo bien custodiado». Y nada más llegar se acercó y le dijo: —Rabbí —y le besó. Entonces le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los que le rodeaban, desenvainando la espada, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja. En respuesta Jesús les dijo: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos a prenderme? Todos los días estaba entre vosotros en el Templo enseñando, y no me prendisteis. Pero que así se cumplan las Escrituras. Entonces, lo abandonaron y huyeron todos. Y un joven, que se cubría el cuerpo tan sólo con una sábana, le seguía. Y lo agarraron. Pero él, soltando la sábana, se escapó desnudo.


Según San Lucas (22:47-53)

Todavía estaba hablando, cuando de pronto llegó un tropel de gente. El que se llamaba Judas, uno de los doce, los precedía y se acercó a Jesús para besarle. Jesús le dijo: —Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? Los que estaban a su alrededor, al ver lo que iba a suceder, dijeron: —Señor, ¿atacamos con la espada? Y uno de ellos hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Pero Jesús, en respuesta, dijo: —¡Dejadlo ya! — y tocándole la oreja, lo curó. Dijo después Jesús a los que habían venido contra él, príncipes de los sacerdotes, oficiales del Templo y ancianos: —¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? Mientras estaba con vosotros todos los días en el Templo, no alzasteis las manos contra mí. Pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.


Según San Juan (18:1-12)

Dicho esto, salió Jesús con sus discípulos al otro lado del torrente Cedrón, donde había un huerto en el que entraron él y sus discípulos. Judas, el que le iba a entregar, conocía el lugar, porque Jesús se reunía frecuentemente allí con sus discípulos. Entonces Judas se llevó con él a la cohorte y a los servidores de los príncipes de los sacerdotes y de los fariseos, y llegaron allí con linternas, antorchas y armas. Jesús, que sabía todo lo que le iba a ocurrir, se adelantó y les dijo: —¿A quién buscáis? —A Jesús el Nazareno —le respondieron. Jesús les contestó: —Yo soy. Judas, el que le iba a entregar, estaba con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», se echaron hacia atrás y cayeron en tierra. Les preguntó de nuevo: —¿A quién buscáis? — A Jesús el Nazareno —respondieron ellos. Jesús contestó: —Os he dicho que yo soy; si me buscáis a mí, dejad marchar a éstos. Así se cumplió la palabra que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». Simón Pedro, que llevaba una espada, la sacó, hirió al criado del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El criado se llamaba Malco. Jesús le dijo a Pedro:—Envaina tu espada. ¿Acaso no voy a beber el cáliz que el Padre me ha dado? Entonces la cohorte, el tribuno y los servidores de los judíos prendieron a Jesús y le ataron.

Cuatro evangelios y los cuatro distintos entre sí, ¿Cohorte romana o multitud?, ¿Le sanó o pasó de sanarle?

Mi entendimiento es que Jesucristo reafirma toda su enseñanza con los hechos que enseña el Evangelio, todo se trata de amar el Evangelio de Jesucristo. Si tú no amas el Evangelio de Jesucristo siempre tendrás oportunidad de encontrar cosas imperfectas en la forma de interpretar el Evangelio. Pero si algún día llegas a amar a Jesucristo, entonces toda la enseñanza del Evangelio te parecerá perfecta.
Todo es cuestión de amor.....

Pienso, analizo, me pregunto ... no soy un animal que actúa por impulsos naturales, busco el fundamento, busco el significado, en definitiva, soy humana, y como humana cumplo con mis instintos básicos de preguntarme el por qué de las cosas, el cuándo y el dónde.

[Jandulilay]

Pienso, analizo, me pregunto ... no soy un animal que actúa por impulsos naturales, busco el fundamento, busco el significado, en definitiva, soy humana, y como humana cumplo con mis instintos básicos de preguntarme el por qué de las cosas, el cuándo y el dónde.

Tienes toda la razón para decir lo que dices, pero...¿no estarás prejuzgando mucho antes?, si crees que no es así analiza tus propios comentarios de otros años atrás acerca de Dios, de Jesús, de los evangelios, de la Biblia toda ella en si.
¿No lees de la Biblia para buscar gazapos,contradicciones, asesinatos, y relatos que te parecen de ciencia ficción, mas bien que milagros?

[doonga]

¿No lees de la Biblia para buscar gazapos,contradicciones, asesinatos, y relatos que te parecen de ciencia ficción, mas bien que milagros?

Ya la leí, y lo que más destaca son los relatos de ciencia ficción, que no se diferencian en nada de los milagros.

Si te gusta creer en milagros, pues bien. Recuerda los dichos de Einstein: la Biblia es un conjunto de cuentos bien intencionados, pero infantiles.