INENI GRAN ARQUITECTO DE AKHENATON
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(PARTE 3)

por Alejandra Correas Vazquez

Pero contó para lograr aquello, tan difícil, con un excelente colaborador como fue Ineni, quien dio forma pragmática a sus sueños. De otra forma no hubieran llegado a concretarse sus ideas en hechos reales.

Akhenatón no dormía pensando en proyectos nuevos, desvelando a Nefertiti y sus seis niñas, con las cuales compartía un mismo dormitorio. Su temperamento exaltado (como se observa en sus declaraciones) lo llevaba a una pasión extrema en creatividad.

Ineni, por su parte, no dormía y pasaba las noches en desvelo pensando en dar forma a esos sueños, por medio de diseños apropiados, en realizar los planos que necesitaba para llevar a la práctica tal sinnúmero de proyectos. Además, la responsabilidad de construcción recaía enteramente sobre él, debiendo tratar con albañiles y constructores, para coordinar sus trabajos. Tarea siempre difícil. Lo logró no hay duda, mediante un carácter diferente al de Akhenatón. Es evidente que fue dueño de una mesura, una personalidad segura y calma. O autocontrolada al extremo.

En la parte norte de esta ciudad fue edificado un Museo de Ciencias Naturales, dentro del cual dióse vida a un exhaustivo centro de estudios, con función completa. Se ha dicho de él, que este edificio fue único en su género dentro de la antigüedad, para el desarrollo de las ciencias naturales en forma sistematizada.

Lo rodeaba un Jardín Botánico diseñado con toda la flora natural egipcia, pero aumentada con la importación de especies provenientes de distintos países, y readaptándolas al clima del Nilo. Estaba provisto para este fin, ya que muchas eran plantas de agua, con un lago artificial. Las fragancias múltiples enriquecían aquel ambiente recreado, con una climatización adecuada. Mientras que el lago reunía en sus aguas las especies más diversas de animales acuáticos.

Había allí peces de colores en tamaños incontables, martines pescadores y patos silvestres. Era un exótico mundo de vida natural con aromas y movimientos propios, dentro de una selva cultivada con cariño. Pájaros de numerosos tipos, en colorido diverso, jugaban revoloteando en aquel paraíso concebido como un aporte ideal para sus felices vuelos. Las pinturas murales que recrean este espacio nos permiten admirarlo.

Hacia el final del parque se abría una sala hipóstila donde hallábase el asiento propio de Akhenatón, el cual servíale de lugar de estudio y meditación, ubicado entre las aromas y el frescor de aquel jardín encantador. Nada más adecuado que este sitio para el aislamiento de quien como él, necesitaba su cuota de soledad en una vida tan plena de gente.

El juego estético que allí lo rodeaba favorecía a su intelecto. Era un sitio de relax apropiado y preparado sin duda para él, por Ineni, ante un requerimiento suyo, el cual producíale una quietud insondable. Podemos nosotros transportarnos también imaginariamente hacia ese lugar, para sumirnos en las meditaciones solitarias de aquel muchacho entusiasta, que analizaba y observaba con la constancia de un estudiante cada flor, cada pájaro, cada pez, cada ramaje, poseído siempre por una honda vocación naturalista.

En la parte norte del Museo había otro patio descubierto en el cual se hallaba el Zoológico, cuyos pesebres estaban esculpidos por los artistas con figuras alusivas. Como era de esperar aquí se coleccionaban y reunían animales vivos. Los patios descubiertos eran importantes dentro del pensamiento atoniano para recibir la caricia de Atón.

Finalmente encontramos también un jardín rodeado por columnatas que guardaba la colección favorita de ornicultura, donde las especies más infinitas entonaban trinos de una variedad innombrable.

Para completar su colección zoológica Akhenatón se dirigió a las cortes vecinas demandando, por ejemplo, al rey Burniabiarash de Babilonia el envío de “bueyes salvajes disecados y algunos animales del país como si estuviesen vivos”. En este caso también eran importantes de coleccionar, pues eran animales salvajes que los asiáticos perseguían como plagas del ganado y los sembrados. Y él como estudioso deseaba conservarlos aunque fuera de esta forma momificada, como ejemplares dentro de su Zoológico.

¡Y es aquí donde reaparece una vez más Ineni! ...El gran ingeniero y arquitecto que sabía resolverlo todo. Y juntos comenzaron a idear una obra inédita. Fue aquí donde más se hizo presente la interacción de ambos.

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