AKHENATÓN con INENI, SU GRAN ARQUITECTO
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Por Alejandra Correas Vázquez
(PARTE 2)

Akhet-Atón es una ciudad abierta y concebida con un sentido social comunitario. Allí las fiestas son públicas. El templo solar de Atón en esta bellísima ciudad, consiste en un gran parque abierto donde la población atoniana se integra con sus dirigentes. Recuerda en su concepto a los templos incásicos, que tuvieron asimismo un proyecto social. Y a los dos templos de Tihuanaco (Bolivia) con la salvedad de que éstos últimos están amurallados —pero tienen escaleras para bajar— donde el concepto solar se mantiene ya que son inmensas canchas abiertas al cielo.

Allí en este templo abierto, Atón el Círculo del Sol, contemplaba a sus criaturas vivientes danzando una ronda única entre los lotos, los patos y las nenúfares. Los niños comparten la vida de los mayores. Los obreros viven en un “barrio modelo”. Los sirvientes en una vivienda propia. Las casas de los príncipes dejan de ser ostentosas, además de que Akhenatón se deleitaba nombrando con el título de “príncipe” a muchos campesinos nativos, como una compensación por su pasado.

Enormes avenidas reúnen a los habitantes sin limitaciones, en perfecta equiparación para conocer de cerca de Akhenatón, Nefertiti y las seis princesitas. Allí en esas avenidas bien transitadas departen entre sí artistas, músicos, albañiles, industriales, constructores. La esclavitud ha sido eliminada.

La obra del gran arquitecto Ineni es admirable... pero no hay duda que contó con albañiles y constructores de primer nivel.

También vemos en este gran proyecto edilicio realizado por Ineni, cumpliendo con la óptica social de Akhenatón ...¡Una gran pileta olímpica!... para la reunión de todos. O sea, un balneario abierto. Y no hay duda que de carácter nudista. Pues vemos practicar el nudismo a Akhenatón, Nefertiti, sus hijitas y su hermana menor Baketatón.

El conjunto era completo, si tenemos en cuenta que además de una ciudad de artistas y filósofos, fue una ciudad industrial, algo nuevo en este país egipcio agrario y ganadero. Una ciudad nueva. Un nuevo proyecto. Sus fábricas de vidrio son las más antiguas que ha registrado la arqueología. Los Atonianos se trasladaron a ella con el conjunto vital de la sociedad: artesanos, industriales, obreros, comerciantes, poetas, artistas, acróbatas, veterinarios, agrónomos, maestros, arquitectos, músicos... Gente activa que cumplía una profesión, un métier, nadie allí estaba con los brazos cruzados. Así era la nueva propuesta: sin cortesanos ni sacerdotes inactivos. Desde su comienzo, Akhenatón no sintió simpatía por ninguno de ellos.

Amenofis III, su padre, había sido un faraón liberal, buen economista y enriquecedor de Egipto. O sea, el Trajano del Nuevo Imperio. Heliópolis, el partido al que ambos pertenecían en oposición a Tebas, era progresista. Pero Akhenatón fue una personalidad libre como no se había conocido hasta entonces, y por ello se lo ha llamado “el primer individuo de la historia humana”. Su individualidad fue sorprendente en todo momento. Con estas características suyas propias, propúsose crear un ámbito-ciudad nuevo, para una sociedad nueva.

(SIGUE)