
Iniciado por
Jandulilay
Hay que demostrar quien tiene razón.
Pongamos una comparación. Un maestro está explicando a sus alumnos cómo resolver un difícil problema de matemáticas. De repente, un alumno inteligente afirma que la forma en que lo está resolviendo es incorrecta, y así da a entender que es un mal maestro. El muchacho insiste en que él conoce una forma mucho mejor de resolverlo. Algunos de sus compañeros de clase creen que tiene razón y se rebelan también. ¿Qué debería hacer el maestro? Podría echar de la clase a los estudiantes pero ¿cómo reaccionarían los demás? Tal vez pensarían que su compañero y los que se unieron a él tienen razón. Podrían perderle el respeto al maestro y pensar que tiene miedo de que se pruebe que está equivocado. Pero ahora suponga que el profesor permite que el estudiante demuestre a la clase cómo resolvería él el problema.
El maestro del que hablo sabe que el joven y los alumnos que lo apoyan no tienen razón. Pero también sabe que si deja que intenten resolver el problema a su manera, toda la clase se beneficiará. Así es, cuando se demuestre que están equivocados, los alumnos que sean sinceros reconocerán que el maestro es el único capacitado para dar la clase. Además, entenderán por qué a continuación este expulsa de la clase a los estudiantes .
Del mismo modo, el Dios Todopoderoso sabe que todos los ángeles y humanos sinceros se beneficiarán cuando vean que un ángel y los demás ángeles rebeldes no tienen razón y que la humanidad no puede gobernarse ni sabe, ni está en el planeta para gobernarse a si misma. Aprenderán esta gran verdad.
¿Existe alguna duda? "El tiempo te dirá cuanto te quiero"
Pues a mi me ocurrió todo lo contrario,
Le hice ver al maestro de física que su solución al complejo problema de matemáticas, tenía un error.
El me pidió pasar a la pizarra para mostrar mi solución,
Luego de terminada mi presentación, el maestro dijo:
"Tú tienes razón, yo estaba equivocado".
Y luego le dice a los restantes alumnos:
"Ojalá todos ustedes me puedan corregir cuando yo cometa un error".
Porque mi maestro, al contrario del maestro arrogante de tu ejemplo, sabe que puede haberse equivocado.
Nosotros, los alumnos, comprendimos esta gran verdad: los maestros cometen errores, y que nada tiene que ser aceptado sin ser analizado.
Y mi maestro no tuvo ni el más mínimo problema en reconocer que había cometido un error.
En cambio, otros como tú, que se creen portadores de la verdad, JAMAS reconocerían que podrían estar equivocados.
Eso, estimado Jandu, se llama arrogancia.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.