Sabéis que en algunos matrimonios, la gestión de divorcios es motivo de satisfacción y alivio, una manera civilizada de poner punto y final a una relación de pareja que por el motivo que sea, no ha funcionado. Sin embargo, no es ningún secreto que en muchos casos, incluso en personas que ya llevaban meses separadas, la finalización oficial del matrimonio es una experiencia emocionalmente dolorosa o como mínimo, causante de una cierta sensación de desorientación o incluso vacío existencial. Es por ello que es importante la ayuda profesional en estos casos.