Cita Iniciado por tomas0402 Ver Mensaje
Las paradojas de la vida:

San Agustín fue un gran pecador. No hubo pecado que no cometiera. Se retiró cuando su cuerpo no podía más (lo fundió).
Una vez que estuvo bajo el amparo de la Iglesia, surgió en él lo más vil del ser humano: querer perjudicar al prójimo.
¿Cómo? Inventando el Infierno eterno.
Sería interesante saber qué avales tuvieron algunos "santos".
En el caso citado, el aval fue la gastritis y la acidez que provoca el alcohol y el exceso causado por la gula.
Extrapoló el fuego estomacal, y aprovechó de regurgitar al espíritu santo, que había engullido la noche anterior.