Por el Génesis sabemos que a Jehová no le agradó que Adán y Eva adquirieran la inteligencia (“se dieron cuenta que estaban desnudos”), y les expulsó del Edén.

Luego Mateo (el Tremendista), copiado por Lucas, pone en boca de Jesús una gilipollez. Sí, una tremenda gilipollez.

¿No pensó que dejaba en fuera de juego a todos los Padres y Doctores de su Santa Madre Iglesia?

Se supone que, acorde con lo dicho por Jesús, ni son sabios ni son inteligentes.

También es cierto que dejaba abierta la puerta a su Madre (la Virgen). Siempre se ha aparecido a niños analfabetos, o casi.


“En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito”.
(Lucas 10:21 - Biblia de Jerusalén)

“En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
26 Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito”.
(Mateo 11:25-26 - Biblia de Jerusalén)

¡La cantidad de barbaridades que se han puesto en boca del pobre Jesús!