Aunque el Sol sí ha salido siempre para buenos y malos, el asunto de la comida no siempre ha resultado satisfactorio:

Díjole el rey: «¿Qué te ocurre?» Ella respondió: «Esta mujer me dijo: “Trae a tu hijo y lo comeremos hoy; y el mío lo comeremos mañana.”
29 Cocimos a mi hijo y nos lo comimos; al otro día le dije: “Trae tu hijo y lo comeremos”, pero ella lo ha escondido.»”
(2 Reyes 6:28-29 - Biblia de Jerusalén)


La hambruna enviada por Jehová no debió ser leve.