¿Cómo reconocer una secta destructiva?

Por lo general los cultos o sectas destructivas poseen varios de los siguientes rasgos:

Se articulan conforme a un sistema de creencias rígido que no debe ser cuestionado.
Son dirigidos por un líder carismático y autoritario que dice tener todas las respuestas y que ejerce un gran control sobre los miembros.
Aíslan a sus adeptos de sus familiares, amigos o cualquier persona que no sea un miembro de la agrupación.
Imponen estilos de vida determinados que exigen la vida en una comuna o el alejarse de sus personas más cercanas.
El líder controla a los miembros física, sexual y emocionalmente.
Demandan una gran cantidad de tiempo a sus adeptos para realizar actividades centradas en el grupo o dirigidas al beneficio de la organización, como colectas, proselitismo o el estudio de los principios religiosos.
Promueven entre sus seguidores la obediencia a la organización y el conformismo.
Utilizan tácticas de reclutamiento y adiestramiento engañosas.
Manipulan emocionalmente a sus miembros.
Pugnan por el rechazo total a la sociedad y a sus instituciones.
Suprimen las libertades individuales y el derecho a la intimidad.
El líder o líderes gozan de privilegios que están vedados para los demás adeptos.
Se somete a los adeptos a cambios de hábitos y alimentación.
Exigen que los miembros soporten de manera financiera a la organización.
Controlan la información que llega a sus adeptos.
Coaccionan a sus miembros para que entreguen su patrimonio personal.
Sus seguidores pueden violar gravemente la ley, justificando actos antisociales por fidelidad a su causa.
En casos extremos, los líderes se abastecen de armas de fuego, venenos o explosivos.