El movimiento evangélico en América Latina fue alentado por el gobierno de los Estados Unidos
en el siglo XIX. Este credo fue introducido por los pastores protestantes y se fue propagando
desde entonces por toda la región, mientras que la Iglesia Católica, dividida y politizada perdía
seguidores. El pentecostalismo ha ido ganando influencia y poder político, tal como se pudo
observar en Colombia en 2016, con la celebración del referéndum, y posteriormente se ha visto
en los casos de México, con motivo de las elecciones del 1 de julio de 2018, y en mayor medida
en Brasil, después de los comicios del pasado mes de octubre. El movimiento evangélico
aumentó su presencia en el Parlamento brasileño, la plataforma de la que se quiere servir para
moralizar la política y proteger a la familia, así como a los valores cristianos que preconizan.

El tsunami evangélico que recorre toda América Latina, lejos de amainar gana cada día
más adeptos a su causa y, a medida que se van celebrando elecciones generales,
consigue un mayor número de diputados en los parlamentos. Estas sedes son las que
busca este credo para moralizar la política, proteger la familia y los valores cristianos. El
poder creciente del evangelismo se hizo particularmente patente a raíz del resultado
negativo del plebiscito sobre los acuerdos de paz con las FARC en Colombia, celebrado
en octubre de 2016, y más recientemente con motivo de las elecciones celebradas en
México y Brasil, la segunda y la primera economías del subcontinente respectivamente.
En la convocatoria de México, de 1 de julio de 2018, los evangélicos concurrieron en
coalición con el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA), el partido ganador
liderado por Andrés Manuel López Obrador, mientras que en los comicios de Brasil,
celebrados el pasado mes de octubre, el excapitán del Ejército brasileño, Jair Bolsonaro,
logró también una contundente victoria. Esta fue posible gracias al apoyo y los medios
que puso a su disposición en especial la Iglesia Universal del Reino de Dios, aunque
también la Asamblea de Deus y otras, y los evangélicos sumaron nuevos parlamentarios,
destacando la aportación realizada por el Partido Republicano Brasileño (PRB), que es
el partido de la Iglesia Universal del Reino de Dios, el cual tendrá por sí solo 30 diputados.