Documental que muestra que Jesus de Nazaret no es una persona histórica.
https://www.youtube.com/watch?v=rOKc-ZVo9g8
“La Biblia se manipuló para dar cabida al dogma de la divinidad de Jesucristo”
En 1844, el teólogo y filósofo Konstantin von Tischendorf descubre en el Monasterio de Santa Catalina, al pie del Monte Sinaí un puñado de hojas de pergamino que el bibliotecario estaba a punto de tirar a la basura. Al leerlos detenidamente, el especialista en las Sagradas Escrituras no da crédito a lo que tiene entre manos: varios fragmentos del Éxodo, los textos de Jeremías y de los Evangelistas; se trata nada menos que del Código Sinaítico, la Biblia escrita más antigua conocida, recopilada en Alejandría a mediados del siglo IV por encargo de Constantino, el emperador que se convirtió al Cristianismo y con él, al Imperio Romano.
En aquel momento empieza una aventura –conseguir que los monjes vendan al zar Alejandro II el preciado códice- y un conflicto ético para su descubridor: denunciar al mundo o callar lo que desvela esta Biblia primigenia: Jesucristo no ascendió a los Cielos, lo que pone en entredicho su divinidad, dogma fundacional de la fe cristiana. “En la posterior Biblia canónica al Evangelio de San Juan le añaden la frase “y fue llevado a los Cielos”. Se trata de claras manipulaciones de que Jesucristo subió a la derecha de Dios, porque si no subes junto a Dios, según la tradición judía, no eres Dios: tiene que haber una ascensión”, me cuenta Mario Tascón, que acaba de presentar su primera novela, ‘La Biblia bastarda’, escrita a cuatro manos con su hermano Fernando.
‘La Biblia bastarda’, que hoy presenta en Madrid la Editorial Planeta, narra la apasionante historia del Códice Sinaítico, custodiado por los monjes de Santa Catalina durante 15 siglos, adquirido por el zar Alejandro II, valedor de la cristiandad, y vendida posteriormente por Stalin a la Biblioteca por 100.000 libras (el equivalente a 6 millones de euros actuales, según los cálculos de Tascón). La trama está entreverada con una segunda subtrama que transcurre en el Madrid de la II República… y hasta aquí puedo leer.
Tendemos a pensar que existe algo así como una “Biblia original”, pero no existe tal cosa: la génesis (valga la expresión) de la Biblia es una argamasa de relatos de tradición oral, una infinidad de copias manuscritas y una ingente tarea de recopilación y estandarización, que incluye “una inevitable dosis de manipulación”, según el coautor de ‘La Biblia bastarda’:
“El Nuevo Testamento se empieza a escribir casi 100 años después de la muerte de Cristo y hasta entonces sólo hubo transmisión oral. Hay evangelios apócrifos, como el de María Magdalena o el de Judas… años después alguien empieza a organizar un canon, una selección de lo que se considera correcto, se liman las contradicciones entre los relatos de los evangelistas y se establece la ortodoxia cristiana”.
La encarnación de esa “Biblia canónica” es la Biblia Vulgata, traducida al latín por Jerónimo de Estridón a finales del siglo IV. En ella se establecen los pilares de la fe cristiana, incluyendo el dogma de la Santísima Trinidad –Dios, Hijo y Espíritu Santo- y elimina fragmentos que aparecen en Biblias anteriores, como la Epístola de Bernabé y el libro del pastor de Hermás, que sí aparecen en el Sinaítico y su probable hermano, el Códice Vaticano, suprimidos ambos “probablemente por su tono antijudío”, remacha Mario Tascón.
El cristianismo ha tenido 10.000 credos diferentes, muchos de ellos enfrentados entre sí
Hoy, expone Jones, dos tercios de los estadounidenses confían en Dios con absoluta certeza y la mitad de ellos asevera que Jesucristo no tardará en volver. La mayor parte de los ciudadanos preferiría votar para presidente a un mormón, a un judío o a un homosexual que a un ateo. Y un tercio de la población cree que la Biblia ha de interpretarse de manera literal. La zarza en llamas hablaba y la mujer surgió de la costilla del hombre.
Jones se encuentra en la otra trinchera. Aunque sostiene que su libro “no pretende ser una declaración a favor o en contra del placer de las sectas; ni un ataque o una defensa, del cristianismo o de cualquier otro credo”, es difícil que un cristiano no se replantee su fe después de leer Ciencia y creencia. A medida que la doble hélice de ADN de nuestras células se copia, por ejemplo para concebir un hijo, se va llenando de errores, señala el genetista. Cada recién nacido presenta alrededor de 60 mutaciones. Y lo mismo ocurre con los pergaminos escritos una y otra vez por los escribas, como demuestran la Biblia Adúltera y la Biblia Pecadora.
Acumulando versiones, recuerda Jones, el cristianismo ha tenido 10.000 credos diferentes, muchos de ellos enfrentados entre sí. Desde los tiempos bíblicos hasta la invasión de Irak, se han producido unas 2.000 guerras. “Unos 120 de estos conflictos tuvieron una base eminentemente religiosa”, calcula. Analizar, y en muchos casos desmantelar, la Biblia, el Talmud o el Corán es, para Jones, mucho más que un pasatiempo intelectual.
En su libro, el investigador recurre a la geomitología, la disciplina que utiliza la ciencia para buscar los orígenes de las leyendas religiosas. En el caso del Diluvio Universal y el Arca de Noé, Jones recuerda que hay 300 relatos similares sobre inundaciones en todo el mundo. Uno de ellos surgió en Babilonia, en el actual Irak. Su dios decidió exterminar a toda la humanidad excepto a un gobernante llamado Atrahasis, a quien avisó para que construyera un barco para su familia y los animales.
Atrahasis, continúa Jones, existió. Fue señor de Sumeria 3.000 años antes del presunto nacimiento de Jesucristo. Y las excavaciones en los restos de su ciudad muestran las huellas de una gigantesca crecida del río Éufrates en aquella época.
Sin embargo, Jones no se reduce a la manida geomitología. También busca incoherencias (“en el Génesis, por ejemplo, el hombre es creado tanto antes como después de los animales”) y hasta errores de Dios. En el Libro de Job, el Señor explica al profeta que el nivel de los océanos es inmutable, porque durante la Creación le ordenó a la marea: “Hasta aquí llegarás y no pasarás; aquí cesará la arrogancia de tus olas”.
“Desde la época del éxodo hasta el siglo XX mantuvo su promesa, pues el límite de la marea alta se hallaba más o menos estable, pero desde principios de la década de 1990 se ha producido un aumento medio de unos tres milímetros al año [por el cambio climático]”, bromea Jones.
El genetista también indaga en el origen de la fe en el cerebro humano y acaba con una propuesta. “Así como se han superado los obstáculos de la lengua, la raza y la distancia que otrora nos dividían, ha llegado el momento de abandonar esta última restricción que constituye la religión, que hace mucho más por separar que por unir”. Su sustituto, opina, es la ciencia.
Deberías intentar no decir tanta tontería ante tanto desconocimiento. La dinámica, azarosa, es intrínseca a los procesos que estudia la mecánica cuántica (subatómicos) por poner un ejemplo. Por añadir más ejemplos, el azar es un término utilizado para calificar aquellos eventos impredecibles. Es decir, eventos que no se pueden anticipar utilizando la lógica o cualquier tipo de análisis. El azar es un constructo humano que si bien no existe en el universo de forma natural debido a la naturaleza compleja de este, como concepto humano nos ayuda a comprender y estudiar lo que sucede reduciendo la complejidad que surge de forma natural.