Iniciado por
Wigberto
Saludos, paz y bendiciones en nombre de Ieshu el Ungido a mis hermanos, a los incrédulos y a los que dudan.
Estos hombres reprobados por Dios, depravados que solamente piensan en las cosas carnales, blasfemos, a su tiempo recibirán su castigo.
Pero ahora, deben tener dominio sobre los santos (incluyendo aquellos santos que fueron profetas y apóstoles), para que se cumplan las escrituras.
Son hombres ignorantes de la Palabra de Dios, que no saben cosas como que Dios creó de un solo hombre todas las razas de hombres. De ese hombre rojizo (que es lo que significa Adán) salieron los demás hombres; un hombre hecho como un objeto de arcilla. Como también ignoran que en el principio creó Dios a toda clase de hombres, pues estaban todos ellos en Adán que es el primer hombre y antepasado de todos los hombres. Por tanto, por la Palabra de Dios, que creó los cielos y la tierra y todo lo que en ella hay, cuando aún Adán no se había unido carnalmente a su mujer, ya se habían multiplicado y la tierra estaba llena de humanos.
Así pues, por la Palabra de Dios, toda la tierra se llenó de plantas y animales.
El mundo que Dios creó en el principio no era perfecto, pues si fuera perfecto los hombres santos no habrían anunciado un mundo perfecto por venir. Si no que Dios dijo, en el principio, que era bueno. De modo que lo que es perfecto es algo que no se puede descomponer, pero lo bueno, al no ser perfecto, puede descomponerse.
Por eso en este mundo que fue bueno en el principio, entró la muerte que es mala, porque se corrompió por el pecado de un solo hombre. Desde entonces el hombre y la creación lo experimentan en sus propios cuerpos, los cuales pueden enfermar, tener defectos, envejecer y morir. Todo ello por el pecado de un hombre.
Aún así, siendo que fue pecado del hombre, Dios que es bueno de forma perfecta, llama a todos los hombres de todas las razas (o etnias) a que se arrepientan y sean salvos ejerciendo fe en su Hijo, Ieshu, a quien Él envió. Dando a los hombres, de todas las razas, lo que no tuvo el primer hombre Adán, la vida eterna que está en su Hijo, Ieshu.