Con el sobrenombre del franciscano croata Petar Brzica, que tras ordenarse en el monasterio de Shiroki Brijeg acabó como párroco en el campo de concentración de Jasenovac. Petar Brzica fue, además de sacerdote, uno de los criminales más sanguinarios en una época en la que sobresalir en ese cometido no era nada fácil. Sin embargo, 'Pero' se ganó el calificativo a pulso. El franciscano fue uno de los máximos responsables del genocidio de los ortodoxos serbios por parte de los católicos croatas durante la contienda. El 29 de agosto de 1942 Petar Brzica se apostó con otros ustacha como Mile Friganovic ver quién era capaz de asesinar más serbios en una sola noche.

El cura utilizaba un arma llamada 'srbosjek' (mataserbios) para el cometido, una especie de muñequera con una cuchilla integrada muy eficiente para degollar a los serbios en nombre del señor. Según el propio Mile Friganovic, el franciscano 'Pero' asesinó esa noche a más de 1.300 serbios con sus propias manos. Mile se quedó en los 1.000 y otro sacerdote franciscano llamado Ante Zrinusich cortó el cuello de 600. Dos católicos asesinaron en nombre de dios a 1.900 serbios por el hecho de profesar una religión diferente.