"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
(Mateo 5:38-39 Reina-Valera 1960)
Llevo dos años y seis meses en este foro, y no he visto que nadie haya puesto la otra mejilla.
¿No hay cristianos en este foro?
La Verdad nos hará libres.
"Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
39 Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
(Mateo 5:38-39 Reina-Valera 1960)
Llevo dos años y seis meses en este foro, y no he visto que nadie haya puesto la otra mejilla.
¿No hay cristianos en este foro?
La Verdad nos hará libres.
Si tú no amas el Evangelio y si no guardas con amor sus misericordiosos mandamientos tu doctrina no existe, porque no tiene fundamento. El Evangelio de Jesucristo, es el fundamento de toda doctrina misericordiosa.
Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
Los misericordiosos mandamientos de Jesucristo, muy pocos los quieren guardar con amor, porque mandan NO MATARÁS y tener misericordia con todos... Prefieren a ""Pablo"" que justifica la esclavitud y la Ley de la espada...
Parece que eres tú, ELB, quien no ha comprendido que Dios no había mandado sacrificios para el perdón de los pecados, como enseñan las escrituras:
"Por lo cual, entrando en el mundo dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo. Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron. Entonces dije: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad, Como en el rollo del libro está escrito de mí. Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocaustos y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley)". (Hebreos 10:5-10).
Ya ves que los sacrificios se ofrecían según la ley. Pero la ley de Dios había sido cambiada en mentira por la pluma mentirosa de los escribas, como dice Jeremías 8:7-8.
Hasta los profetas se dieron cuenta de que Dios no había pedido ni mandado sacrificios:
"Ni sacrificio ni oblación querías, pero el oído me has abierto; no pedías holocaustos ni víctimas". (Salmos 40,7).