Interesante. Muy interesante resulta este pasaje. Muchos cristianos piensan que Jesús quiso cambiar el mundo. Eso no es cierto. Él terminó acomodándose al mundo.

Veamos la siguiente historia que nos narran los evangelios:

“Entonces María, tomando una libra de perfume de nardo puro, muy caro, ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. Y la casa se llenó del olor del perfume.

Habiendo tantos pobres, esto parece un derroche. Era lógica la posterior reacción de Judas.

“Dice Judas Iscariote, uno de los discípulos, el que lo había de entregar:
«¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios y se ha dado a los pobres?»”.*

Caramba. Lo que dice Judas me trae a la memoria a tres o cuatro foristas.

Y Jesús, como buen beneficiario de los placeres que aporta el dinero, no tardó en encontrar una justificación al derroche:


«¿Por qué molestáis a esta mujer? Pues una “obra buena” ha hecho conmigo».

Es ley de vida. Los beneficiarios del dinero no lo consideran derroche; se trata de “obras buenas”.

Y dio argumentos sobrados a los ricos, para que no tuvieran cargos de conciencia:

«Porque pobres siempre tendréis con vosotros; pero a mí no siempre tendréis.»

Cualquier rico sabe que no siempre estará aquí, luego disfruta lo que la vida te ha dado.


*.- «Pero no decía esto porque le preocuparan los pobres».

Posiblemente lo mismo que a Roberto y Cia.