Luis González de Alba escribió:
La historia oficial de México es una larga serie de derrotas gloriosas y un pesado directorio de héroes derrotados. Comenzando por Cuauhtémoc y su profético nombre, águila que cae, hasta Zapata, veneramos la caída, el fracaso y lo consagramos como símbolo de pureza. Cuauhtémoc, último emperador de un imperio detestado por todos sus vecinos y vasallos, es nuestro más puro héroe, no por sus hazañas ni sus construcciones ni sus conquistas, pues no tuvo tiempo para ellas, sino porque es el gran derrotado.
No está mal ir contra el nacionalismo estatal de México, lo aplaudo como aplaudo ir contra el nacionalismo estatal español y sus historias oficiales, de bronce. Pero es incoherente lo que dice Luis.

Cuauhtémoc tomó las riendas de los mexicas a poco de la muerte de dos tlatoanis en pocas semanas de la muerte e Cuitlahuacy de Moctezuma que no se sabe si lo mataron los españoles o como dicen los españoles lo mataron los mexicas. El caso es que Cuitlahuac que es quién precede a Moctezuma muere de viruela y en las cercanías de la derrota, con una Ciudad diezmada por la peste, el último Tlatoani es capturado por el enemigo. Como sostener que era el gran odiado si reinó muy pocas semanas, lo cierto es que era desconocido tanto para los españoles como para los indígenas que le apoyaron. Cuando habla de que lo detestan por ser "el gran derrotado", De Alba habla de sí mismo, haciendo presentismo, no porque las crónicas o los códices así lo indiquen. No hay fuentes históricas que permiten sostener tamaña aseveración. Lo que probablemente es en Luis, su emoción contra la historia de bronce, es una crítica, sinceramente muy mala.

Luis González de Alba escribió:
Hidalgo es el padre de la patria por decreto, no por sus logros, pues su fallida rebelión fue aplastada en poco tiempo, como otras durante la Colonia; Morelos encabezó otro levantamiento de poca extensión en un territorio inmenso y su derrota fue absoluta; Guerrero quedó convertido en un simple fugitivo perdido en las montañas del sur, donde se pudo haber quedado hasta morir de muerte natural a avanzada edad, pues en nada afectaba la marcha del virreinato un rebelde oculto en las montañas, como no lo habría afectado tampoco otro perdido en los desiertos de Sonora.
Una respuesta literaria y con juicios de valor a hechos un tanto complejos. Tampoco es una crítica bien elaborada sino un disparo emocional de su parte. En efecto una historia es la elevación de Miguel Hidalgo como "padre de la patria" contra Agustín de Iturbide y otra su intento por responder a los peninsulares, su golpe de Estado ilegal en contra del Virrey Iturrigaray. Lo cierto es que Hidalgo estuvo a punto de tomar la Ciudad de México, había vencido a la guarnición militar a las puertas de la Ciudad. Se discute mucho su decisión de regresarse al bajío y con ello dar tiempo a las fuerzas realistas para abastecerse y combatirlo hasta su captura. Las ideas de Hidalgo aún no eran claramente independentistas, pues mezclaba la defensa de Fernando VII y las juntas con la misma.
Morelos y su épica son otra cosa. Con el ejército de Morelos se mantuvo en jaque al realismo y se fortalecieron las ideas independentistas ratificadas por la junta de iguala, primer gobierno independiente y la redacción de la Constitución de Apatzingán donde se dota a la república del primer ordenamiento jurídico independiente. Su sentencia "Su derrota fue absoluta" es falsa. Morelos cae al cubrir la retirada de la junta de Iguala, después de imprimir derrotas significativas al realismo en Cuautla. Fue más la división interna con los Rayón, que su ineficacia militar. ¿Derrota absoluta? El movimiento siguió vivo casi una década después. No habla por cierto del ejército de Mina. Aterriza con con Guerrero por la gracia de lo que todos sabemos, el declive de los insurgentes, no nos dice nada nuevo, pero omite el papel de Itrubide y el Plan de Iguala, que finalmente consumaron la independencia con la entrada del Ejército trigarante. ¿Qué de nuevo nos aporta? Nada.

Luis González de Alba, los tóxicos otras cosas

Luis González de Alba escribió:
Madero no llegó a gobernar y seguimos esperando el sufragio efectivo.
Un español que usa estas frases contra los mexicanos, no sabe lo que sucedió en los 90 en México. La frase "seguimos esperando el sufragio efectivo" como la gran derrota de México, sería desmentido a partir de 1997 en el que el sufragio en México es efectivo. Un tema difícil que será divertido que los que usan estas citas expliquen.

Luis González de Alba escribió:
Zapata cayó acribillado y el reparto de tierras tuvo que esperar hasta Cárdenas y aún más, tiempo suficiente para que el incremento en la población hiciera imposible dar tierra a cada campesino, y el reparto dejara más inconformes que beneficiados
Otra interpretación de nuestro psicólogo. En primer lugar eso de que el reparto tuvo que esperar hasta Cárdenas no es cierto. Un contrasentido para quiénes estudien la consolidación del Estado postrevolucionario en México. Si bien Cárdenes fue el que hizo el mayor reparto agrario, veáse su adhesión al cardenismo, la estampa que nos pinta es por lo menos controvertida e intenta persuadirnos de su ambiente, la derrota. Más en la psicología interna de González de Alba que en la realidad. Son temas complejos como para resolverlos con calificativos de dos plumazos.