Cita Iniciado por tomas0402 Ver Mensaje
Los evangelios se contradicen. Por los evangelios sabemos que Jesús exigía mucho para ser su discípulo. Veamos unos ejemplos:

“Mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas.»
58 Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza.»
59 A otro dijo: «Sígueme.» El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
60 Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios.»
61 También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa.»
62 Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»”
(Lucas 9:57-62 - Biblia de Jerusalén)

“Después de esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió a Pilato autorización para retirar el cuerpo de Jesús. Pilato se lo concedió. Fueron, pues, y retiraron su cuerpo.
39 Fue también Nicodemo - aquel que anteriormente había ido a verle de noche - con una mezcla de mirra y áloe de unas cien libras.”
(Juan 19:38-39 - Biblia de Jerusalén)

Cuando es necesario, los evangelistas se inventan un discípulo, José de Arimatea, que al igual que Nicodemo, no reúnen las condiciones que exige Jesús para ser discípulo de él. Pero ambos eran necesarios en la historia de Jesús para que Jesús no fuera enterrado en la fosa común, y se pudiera “montar” después la historia de la resurrección.
Retomando origen.