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Tema: ¿EXIsTIÓ JOSÉ DE ARIMATEA?

  1. #91
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  2. #92
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    Todas las religiones son un fraude. Ahora bien, de todos los fraudes, el cristianismo es el más grande por ser el de mayor envergadura.

    Pero más fraude es cuando los propios representantes no creen en Dios. He aquí una frase de León X en una carta dirigida al Cardenal Bembo en el siglo XVI:

    " De tiempos inmemoriales, cuánto beneficio nos ha proporcionado esa fábula de Jesucristo"

    En un muy apretado resumen:

    1º Cierta propensión humana al pensamiento mágico.

    2º Ignorancia y saber poco y mal y saber en forma insuficiente.

    3º Temor

    Estas tres primeras intentan explicar el “porque” del individuo y a nivel social tenemos:

    1º Su asociación con el poder a poco de nacer, es decir al configurar un poder asociado al mayor imperio de esa época. De ahí en más, el cristianismo siempre se unió al poder político imperante sin distingos. (La política y sus dogmas, es prima hermana de las religiones). Esa asociación la torno muy importante en Occidente.

    2º La colonización por parte de las potencias europeas que diseminó misioneros por doquier y empujó de todas formas -buenas y malas- a los nativos para adoptar esta religión. (Sucedió igual con la esclavitud, algo completamente aceptado por “la religión del amor” hasta hace muy poco):

    3º La forma de adoctrinamiento y captación, desde el abuso parental desde el nacimiento (recordemos que todos los seres humanos venimos al mundo sin dioses ni dogmas y somos literalmente “arrojados a las ideas religiosas”). Luego vamos atravesando (en países de mayoría cristiana) por toda clase de presiones del entorno familiar, grupal, barrial comunal, social.

  3. #93
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    A los crucificados, para más deshonra, se les enterraba en una fosa común.

    Según los evangelios, no fue éste el caso de Jesús, ya que aparece un personaje, nunca anteriormente citado, llamado José de Arimatea, y se encarga de su entierro.

    Dice Juan: “...José de Arimatea, que era discípulo* de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos...”.

    A la vista de esto, resulta un tanto extraño que, con la que estaba cayendo, este Juan de Arimatea (miembro noble del concilio) se mostrara tan abiertamente partidario de Jesús, envolviendo su cuerpo en lienzos; con 34 kilos de especies aromáticas y lo enterrara en su sepulcro. No estaba el horno para bollos.

    No hay duda que de todo esto se enterarían los sacerdotes y miembros del Sanedrín.

    Parece ser un personaje creado para salvar un escollo**.

    Y, curiosamente, no se le vuelve a nombrar.

    Seguro que la realidad fue otra… pero había que preparar lo de la tumba vacía, los ángeles, las apariciones, etc. Con una tumba común, todo esto no hubiera sido posible.


    * Conocido es lo que Jesús exigía para ser su discípulo:
    - A los ricos, vender sus bienes y dárselo a los pobres.
    - A los demás, ni despedirse de la familia ni enterrar a sus padres.

    ** “Deus ex machina”.

  4. #94
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    La Biblia, tal y como la conocemos, fue recopilada por primera vez en la historia en el siglo III antes de Cristo, cuando setenta sabios judíos fueron invitados por el rey Ptolomeo II a acudir a Alejandría para aportar a la famosa biblioteca la historia del pueblo de Israel (lo que hoy llamamos el Antiguo Testamento). Durante meses, pusieron por escrito la memoria de miles de años del pueblo de Israel, desde Adán, hasta Moisés, incluyendo los libros históricos, sapienciales y proféticos.

    Su trabajo se tradujo del arameo y hebreo antiguos al griego. Así nació la llamada Biblia de los Setenta o Alejandrina (también Septuaginta), en la que se basa el texto cristiano actual.

    Una recopilación hebrea de la historia de pueblo de Israel, llamado texto masorético ('tradición', en hebreo), se hizo en el siglo IX DC. Es la versión hebraica que no incluye el Nuevo Testamento.

    El Nuevo Testamento y la recopilación de los Evangelios que retrataron la vida de Jesús, tuvo numerosas fuentes y autores. El papiro más antiguo del Nuevo Testamento es un fragmento de Juan que data de los años 125-130 d.C.

    Sin rastro físico

    De aquellos originales de la Biblia alejandrina, al igual que los textos de los filósofos griegos presocráticos, no hay ningún rastro físico. Todo aquello se esfumó debido a los saqueos e incendios de la legendaria biblioteca, pero también debido a su débil soporte de transmisión: el papiro, la vitela y el cuero, no resisten el paso del tiempo. Lo mismo sucedió a los escritos evangélicos

    ¿Cómo sobrevivió ese conocimiento?

    Durante años, se han hecho miles y miles de copias de copias. Sin embargo, eso produjo una duda hermenéutica: "Los textos antiguos fueron copiados por batallones de escribas, frecuentemente en los monasterios, y sufrieron numerosas afrentas que van desde la simple falta de ortografía o de atención del copista, hasta la correccción doctrinal y voluntaria", afirman Roselyne Dupont-Roc y Philippe Mercier enLos manuscritos de la Biblia (Ed. Verbo Divino). Como cada copia siempre tenía algún error de interpretación o de transcripción, la paleografía cristiana se ha esmerado en comparar copias con otras copias para recomponer un texto lo más parecido al original.

    ¿Se había hecho un buen trabajo o había pasajes falsos o equívocos? ¿Estaban los cristianos de todo el mundo confiando en unos textos erróneos?

    Los manuscritos del mar Muerto

    Cuando dos pastores beduinos penetraron por error en 1947 en una cueva en busca de una cabra perdida, y descubrieron antiguos rollos encerrados en vasijas, se desató una de las disputas paleográficas más fascinantes de la historia.

    Esos rollos contenían extractos o pasajes enteros de los libros de la Biblia. Se les denominó los rollos del Mar Muerto. Procedían del año 150 a.C hasta el 70 d.C. Muy pronto surgieron teorías curiosas sobre su contenido: unos afirmaban que esos textos daban una vuelta a los Textos Sagrados, los cuales habían sido deformados a lo largo de los siglos por la historiografía cristiana.

    Otros, añadieron que la Iglesia no quería dar a conocer su contenido pues contenían reveladoras contradicciones sobre Jesús. Los hubo que dijeron que era el mejor testimonio del Nuevo Testamento, y hasta que Jesús formó parte de la comunidad de los esenios, la secta enigmática que había escrito y guardado esos textos en vasijas.

    Nada de eso es verdad.

    Los textos hallados en las cuevas de Qumrán, a orillas del Mar Muerto, son fragmentos procedentes de unos 800 manuscritos que, en su origen, se presentaron en forma de rollos. Muchos de esos manuscritos son copias de copias, pues en la antigüedad, el papiro era desgraciadamente, la forma más popular de transmitir el saber. Y el papiro se deteriora fácilmente.

    Antiguo Testamento

    ¿Qué contenían entonces? En parte son textos bíblicos, del Antiguo Testamento, y en parte son textos religiosos no bíblicos de diverso signo, como reglas morales y legales. Existen unos 200 manuscritos bíblicos entre los que se encuentran 32 copias del Libro de los Salmos, 28 copias del Deuteronomio, 21 copias del Libro de Isaías, citas ínfimas (los teffilim, o pequeñas tiras de cuero), con citas del Éxodo y del Deuteronomio, tiras que se ponían en un estuche y que se llevaban en el brazo o sobre la cabeza.

    Los manuscritos esenios permitieron completar algunos pasajes oscuros de las Sagradas Escrituras, pero no descubrieron nada realmente fascinante, a pesar de que se trató de uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del siglo XX.

    Reconstrucción exacta

    Al cotejarse los manuscritos de Qumrán con las versiones modernas de la Biblia, muchos exegetas y paleógrafos respiraron tranquilos al comprobar que la historiografía cristiana, después de todo, había trabajado con enorme exactitud: había logrado componer unos escritos sagrados bastante certeros.

    Los manuscritos de Qumrán demostraron que el trabajo de los doxógrafos y paleógrafos cristianos fue serio y atinado durante siglos, y que en Qumrán solo había textos del Antiguo Testamento.

    Y a pesar de que, más recientemente, el padre Josep O'Callahan, (experto papirólogo), vio en algunos de estos trozos de Qumrán pequeñas frases del Nuevo Testamento, un examen más profundo constató que la vida de Jesús no estaba recogida en los manuscritos.

    ¿Quiénes eran estos esenios?

    Según se desprende del texto referido a la Regla de la Comunidad, los esenios eran un grupo judío "fuertemente estructurado, con su propia jerarquía y sus funcionarios, cuyos miembros ponían en común todos sus bienes, participaban en comidas comunitarias, y se hallaban sometidos a una disciplina muy estricta, con penas y castigos para cualquier transgresión", comenta Florentino García Márquez en la reseña 'Los manuscritos de Qumrán'. En suma, un grupo de judíos conviviendo hace más de dos mil años bajo mismas reglas que los kibutz del siglo XX.

    ¿Por qué se habían retirado al desierto, imitando al profeta Isaías? Según se desprende de otro texto encontrado en Qumrán, (la Regla de la Guerra), se llamaban a sí mismos Los Hijos de la Luz, se habían retirado para purificarse, y esperaban volver a Jerusalén "al final de los tiempos", después de haber vencido a Los Hijos de las Tinieblas.


    Los textos del Mar Muerto son públicos desde 1991, cuando las autoridades arqueológicas de Israel (que controlan el acceso a los documentos desde la Guerra de los Seis Días en 1967), permitieron la libre consulta a todos los documentos. Desde esa fecha, se han ido fotografiando, y desde hace pocos años, se podían consultar en internet en este formato. Pero ahora, con Google, se pueden consultar de una forma mucho más cómoda: digitalizados. Y además, Google Maps aporta la localización exacta de aquellos manuscritos.

    ¿Y la vida de Jesús?

    Aunque parezca increíble, reunir las partes del Nuevo Testamento fue una tarea incluso más ardua para los eruditos. Tras la muerte de Jesús, en la primera mitad del siglo I, sus milagros y obras fueron pasando de boca en boca hasta extenderse por todo el Mediterráneo. En la segunda mitad del siglo I había decenas de versiones: en siríaco, en copto, en latín, en griego culto, en armenio.... Algunas coincidían. Otras no.

    El caso es que a medida que pasaba el tiempo, aumentaba el número de versiones. Cuanto más famoso era Jesús, y más se extendía el cristianismo por el mundo, más difícil era encontrar 'la versión' fiable de su vida.

    En el 370 se elaboró una lista que contenía cuatro evangelios creíbles, además de epístolas o cartas de San Pablo, hechos de Apóstoles y el Apocalipsis de San Juan. En un concilio celebrado en 397 después de Cristo fueron consagrados después de cotejar unos con otros, y descartar varias versiones.

    - El evangelio de San Mateo es el más directo pues Mateo fue uno de los discípulos de Jesús, a quien fue encomendada una misión de apostolado por el mundo.

    - San Marcos y San Lucas no conocieron a Jesús pero oyeron de él por los relatos de San Pablo. Eran sus discípulos.

    - Por último, está el evangelio de San Juan, el más joven de los discípulos. Este evangelio diferente a los otros tres en su redacción y en su estilo.

    Ahora bien, estos evangelios pudieron haber sido escritos por ellos, o por comunidades de fieles que recogieron estas versiones y las compilaron entre el siglo I y el III. Luego, esas versiones fueron copiadas centenares de veces hasta que los concilios las consagraron.

    ¿Y dónde están los manuscritos?

    Los eruditos de hoy calculan que hay a su disposición hasta 150.000 manuscritos antiguos. Pero dentro de esa marabunta de manuscritos, se ha determinado cuáles son los más fiables.

    Son manuscritos se hallan hoy en el Vaticano, en San Petersburgo, en París, en Cambridge... De alguno solo hay pequeños trozos que han tenido que ser complementados con versiones posteriores.

    El manuscrito más antiguo y completo del Nuevo Testamento es el Codex Sinaiticus, conservado en la Biblioteca Británica de Londres. Está escrito en griego uncial (un tipo de letra mayúscula), y data del 330-350 después de Cristo.

    Pero si hablamos de trozos sueltos, el más antiguo procede del 125-130 después de Cristo, se llama el papiro Rylands y procede del evangelio de San Juan. Está escrito por ambas caras y se conserva en la Biblioteca Rylands de Manchester.

    Cada año, aparecen nuevos 'trozos' del Nuevo o del Antiguo Testamento, y entonces se desata una pelea para saber si es copia fiel, o si es una versión mal trabajada.

    El último texto apareció en 2012 y provocó un pequeño revuelo en marzo de 2014, cuando fue dado por cierto por la Harvard Theological Review. Se trata de un pequeño pasaje del Nuevo Testamento datado entre el VI y el IX d.C. y que expone esta frase: "Jesús les dijo: mi esposa...".

    Nadie duda ya de sus falsedad.

  5. #95
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    Me parece que el núcleo histórico de esta doble historia podría ser probablemente el siguiente: o bien José de Arimatea (figura no inventada, un personaje que en estos momentos aún no es cristiano [en contra del EvJn 19, 38]) baja a Jesús de la cruz en representación de los intereses del Sanedrín que no deseaba que el cuerpo del Nazareno permaneciese en el madero por la noche, y en medio de una gran fiesta, la Pascua, en contra de lo prescrito por la Ley = Dt 21, 22-23.

    O bien lo dicho antes de que José de Arimatea era un funcionario jefe de un “consejo” encargado de enterrar a los muertos en Jerusalén durante las fiestas

    O bien bajaron el cadáver de Jesús los romanos mismos, también para no provocar los sentimientos religiosos de los judíos; luego se envuelve el cadáver en una mera sábana y se entierra, rápidamente y sin honores, en una tumba cercana (Jn 19, 41). Nicodemo nos parece una inverosímil figura en esta escena. Da la impresión de que el evangelista Juan presenta un evento simbólico: Nicodemo, temeroso durante la vida de Jesús, que lo visita de noche por miedo a los judíos (Jn 3, 2) se convierte en un valiente tras la muerte de Jesús (esta muerte le hace pasar de una fe imperfecta a otra perfecta) y en público contribuye al enterramiento de Jesús. De este modo, en el Evangelio de Juan, el enterramiento rápido y sencillo se convierte en un honor triunfal para Jesús, y rompe el modelo de la sepultura según los otros evangelistas: casi oculto.
    En conjunto nos parece más verosímil el núcleo de la versión de los Sinópticos: un descenso de la cruz y enterramiento rápido, sencillo, casi oculto, en un tumba cercana, pero probablemente vulgar.

  6. #96
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