Saludos, paz y bendiciones, en nombre de Ieshu, a mis hermanos, a los incrédulos y a los que dudan.
Creo que toda la escritura está inspirada por Dios, y es útil para aprender de ella.
Historias como la de Dawid o su hijo Shalomo nos sirven para aprender, como todas las demás.
El que diga que Ieshu predicó un Dios diferente al que se reveló a Mushé y condujo a Israel en el desierto, está predicando un evangelio diferente.