Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje

Jesús (no Jesucristo) y los apóstoles predicaron el mensaje de Jesús.
Posteriormente, Pablo creó el personaje "Jesucristo", y los evangelistas adoptaron esa creación, y los evangelios incorporan ese concepto en sus escritos: "Los 4 evangelios".

Los evangelios fueron escritos con posterioridad a la carta 1°Corintios, donde Pablo introduce a su creación "Jesucristo"




Puedes creer o escribir lo que quieras, pero eso no cambia la realidad que Pablo es el creador de Jesucristo.
Además, la creación de Jesucristo por parte de Pablo no destruye los evangelios: todo lo contrario, los hace más verosímiles.
Es tú realidad, tú realidad falsa como de costumbre.

Por eso te dejo parte de este estudio de misericordia para que aprendas y lo recuerdes.

Iniciado por misericordia...

Pablo había conocido la fe del Evangelio y por eso perseguía a los cristianos, porque él era un fanático de las leyes judías y Jesucristo había venido a abolir muchas de aquellas leyes del Viejo Testamento judío. Y por eso él perseguía a los cristianos.

Entonces eso de que Pablo no había recibido el Evangelio por medio de hombre alguno, no es correcto, porque él ya lo conocía por la predicación de los apóstoles y discípulos a los que él perseguía.

Todo esto nos indica que Evangelio solo hay uno. Y este evangelio es el que nos predicó Jesucristo. Los puntos difíciles y torcidos de las cartas atribuidas a Pablo hay que examinarlos todos a la luz del Evangelio, porque Evangelio solo hay uno, y éste es el Evangelio de Jesucristo. Pablo fue un amigo fiel de los apóstoles, pero sus cartas fueron torcidas por los indoctos en algunos puntos, como nos dice el apóstol Pedro, que así nos dice:

"Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo". (2ª Pedro 3,15-18.)