El final ? pues el final fue que la Iglesia le perdono, pero ya habia derramado la division y sembrado la semilla del neo-arrianismo.
El final ? pues el final fue que la Iglesia le perdono, pero ya habia derramado la division y sembrado la semilla del neo-arrianismo.
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
Arrio, presbítero de una de las iglesias de Alejandría hacia el año 318, oyó cierto día a su patriarca Alejandro desarrollar, en una conferencia eclesiástica, el misterio de la Trinidad, según el cual había perfecta igualdad y unión entre las tres personas; levantóse a refutar con vigor aquella doctrina que ante su juicio aparecía errónea, porque, según él, equivalía a resucitar el sabelianismo, que consideraba a las tres personas como nombres diversos y atributos especiales de un solo ser que, al igualarse de este modo, se confundían.
Expuso su argumento: «Si el Padre ha engendrado al Hijo, como el que engendra es anterior a lo engendrado, ha existido solo en algún tiempo o, lo que es igual, ha habido un tiempo en que el Hijo no existía.»
El obispo Alejandro, entonces, acusó a su subordinado de sustentar la herejía de Pablo de Samosata, ya condenada en el concilio de Antioquía del año 269. La conferencia terminó sin haber llegado los dos a un acuerdo: y para mayor desgracia, el razonamiento de Arrio sedujo a muchos, que se adhirieron a la naciente doctrina.
El obispo, disgustado por los progresos extraordinarios que ésta hacía, movido también por las excitaciones del diácono Atanasio, secretario particular de Alejandro, convocó a los obispos de Egipto, Libia y Pentápolis para un concilio que se reunió en Alejandría el año 320, y anatematizó la persona y predicación de Arrio.
Lejos de contribuir esto a la extinción de la discordia, agravó el conflicto. Arrio envió a los obispos de las regiones inmediatas su profesión de fe, rogándoles le marcasen los puntos en que era errónea y demandando su protección en el caso de que los errores no existieran. Poco después pasó a Palestina y Bitinia, comarcas en las que predicó con tal fortuna, que se atrajo un gran número de obispos, entre ellos a Eusebio de Nicomedia y Eusebio de Cesárea, que, tras su conversión al arrianismo, escribieron a todos los sacerdotes de Oriente suplicándoles imitaran su ejemplo.
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
“El emperador ordenó a Alejandro de Constantinopla que recibiese a Arrio a pesar de las objeciones del obispo; el obispo Alejandro respondió diciendo que rezaba porque Arrio pereciese antes de que eso ocurriera”.
Y así fue. “A Dios rogando, y con el mazo dando”. No hay que dejar las cosas al albur.
Como siempre, los cristianos tan lejos de las enseñanzas de su Maestro.
La Verdad nos hará libres.
"La lucha religiosa se entabló, ya no entre un sacerdote y un obispo, sino de concilios a concilios y de obispos a obispos, una profunda escisión en la Iglesia. El emperador Constantino, viendo amenazadas la paz pública y la unidad del Imperio, trató de conciliar, él, que era cristiano nuevo, a los cristianos viejos que por la predicación de Arrio se habían dividido. Al efecto escribió a los dos causantes del cisma (Alejandro y Arrio), recomendándoles la paz.
Su carta no produjo resultado alguno favorable, ni tampoco el viaje que por encargo del emperador hizo a Alejandría Osio. La discordia entre los cristianos era mayor cada día, y entonces Constantino pensó, para concluir con ella, acudir a una asamblea general de la Iglesia. Nicea, ciudad de la Bitinia, fue elegida como punto de reunión para el concilio, que comenzó sus trabajos el 19 de junio del año 325. A él concurrieron los sacerdotes Vito y Vicente, representantes del papa San Silvestre I; Osio, obispo de Córdoba, por España; Ceciliano de Cartago, por el África; Nicasio de Die, por las Galias; Protégenes, por Sárdica, y 22 partidarios de Arrio. Éste sostuvo, con algunos de los suyos, como Eusebio de Nicomedia, sus proposiciones.
Tras larga discusión, la doctrina de Arrio fue rechazada por más de 300 obispos, condenados al fuego sus escritos, y anatematizados cuantos en adelante profesasen la doctrina herética. Formulóse un nuevo símbolo fundado sobre el de los Apóstoles, el cual firmaron 300 o 318 obispos"
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
El origen de los testigos de Jehová se remonta al primero de ellos, Abel. No mezcles churras y merinas a tu conveniencia, yo de Arrio se más bien poco, y de Atanasio no mucho más pero de lo que sí se, y de esto infinitamente mas que tu, es que bíblicamente la trinidad es completamente falsa, históricamente es completamente pagana y que por ello todos los que la ponen en práctica, entiendo que esto es duro de admitir, son idolatras a los ojos de Dios y de su hijo Jesucristo, quien dijo que los verdaderos adoradores, solo adorarían al Padre.
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "
Job 19:25-27
"Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios
Al cual veré por mí mismo,Y mis ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro de mí. "