Arrio en su obra Thalia se expresa en estos términos:

«Dios no ha sido siempre Padre; hubo un tiempo en que era Dios solamente y no era Padre, aunque lo vino a ser enseguida.

El Hijo no ha existido siempre, pues habiendo sido hechas todas las cosas de la nada, el Verbo divino, que entra en el número de las criaturas y de las obras, ha sido también hecho de la nada.

Hubo un tiempo en que aun no existía, y no existía antes de haber sido hecho, y ha comenzado y sido creado como los otros. Pues ha habido un tiempo en que Dios estaba solo, en que el Verbo, la Sabiduría no existía aún.


Pero Dios, habiendo querido crearnos, ha hecho un ser al cual ha dado el nombre de Verbo, de Hijo y de Sabiduría, a fin de servirse de él para nuestra producción».


Arrio dirigió al obispo Alejandro la siguiente profesión de fe: «Reconocemos un solo Dios, único no engendrado, único eterno, único sin principio, único verdadero, único inmortal, único sabio, único bueno, único poderoso, único juez de todos, que conduce y lo gobierna todo; el Dios de la ley, de los profetas y del Nuevo Testamento; que ha engendrado a su Hijo antes del tiempo y de los siglos, porque ha hecho los mismos siglos y a todas las otras criaturas...

Le ha dado el ser por su propia voluntad... Este Hijo es la criatura perfecta de Dios, pero no como otra criatura; es su progenitura, pero no como otra progenitura. La progenitura del Padre no tiene emisión, no es una parte del Padre, no es una luz sacada de otra luz como para hacer dos lámparas de una sola... El Hijo ha recibido del Padre la vida y el ser, y el Padre, al crearlo, le ha asociado a su gloria...

El Hijo, engendrado fuera del tiempo por su Padre, creado y fundado antes de los siglos, no existía antes de ser engendrado; pero ha sido engendrado fuera del tiempo y antes que todas las cosas. No tiene el ser al mismo tiempo que su Padre, como algunos afirman, introduciendo así dos principios no engendrados... Si el Hijo fuera una emisión de la sustancia del Padre, se seguiría que el Padre es un ser compuesto, divisible y mudable».

Arrio "Si el Hijo, decía, está subordinado al Padre, no es el absoluto Dios; no tiene, pues, todo lo que el Padre tiene: luego no es igual al Padre"