Han surgido varias evaluaciones diferentes para medir los niveles de inteligencia emocional. Por lo general, estas pruebas se clasifican en dos tipos: pruebas de autoinforme y pruebas de capacidad.

Las pruebas de autoinforme son las más comunes porque son las más fáciles de administrar y calificar. En tales pruebas, los encuestados responden a preguntas o declaraciones calificando sus propios comportamientos. Por ejemplo, en una declaración como "A menudo siento que entiendo cómo se sienten los demás", un examinado podría describir la declaración como en desacuerdo, algo en desacuerdo, de acuerdo o totalmente de acuerdo.

Las pruebas de capacidad, por otro lado, implican que las personas respondan a situaciones y luego evalúen sus habilidades. Estas pruebas a menudo requieren que las personas demuestren sus habilidades, que luego son calificadas por un tercero. https://sumandoo.com/