Qué dicha cuando no había las preocupaciones de un adulto.
Eramos tan felices y no lo sabíamos.
Extraño que mi mamá me hiciera todo jaja y también extraño quedarme en casa de los abuelos y jugar con mis primos sin que me preocupara un horario. Creo que de niña nunca veía el reloj.
(Bienvenido, J.leon0770)