Cita Iniciado por Ju@njo Ver Mensaje
Buenas Kimo,

Te vuelvo a repetir que decir que fue más allá está mal dicho.

Jesús contradijo rotundamente esas leyes que nunca fueron de Dios.


Cuando una ley te dice que hagas ojo por ojo y otra ley dice que no hagas ojo por ojo bajo ningún concepto no es ir más allá. Es contradecirlo rotundamente.

Ir más allá es aceptar lo que hay y mejorarlo. Jesucristo no aceptaba las leyes injustas antiguas y por eso LAS CONTRADIJO.

mandamiento divino:
“No debes tomar venganza ni tener rencor contra los hijos de tu pueblo” (Levítico 19:18)

Éxodo 21:22 presenta una situación en la que dos hombres
están peleando y uno de ellos golpea a una mujer embarazada y le provoca el parto.





Si la madre y el bebé sobrevivían, al esposo no se le permitía desquitarse.
Más bien, al culpable tenía que “imponérsele el pago de daños conforme
a lo que le [impusiera] el dueño de la mujer;
y él [tenía] que darlo por medio de los jueces”.
Es decir, los jueces harían que el hombre pagara una multa al esposo.
Si la mujer o el niño morían,
entonces los jueces se encargarían de que se ejecutara al responsable.


En este caso era el tribunal y no la víctima
el que aplicaba la regla de “alma por alma, ojo por ojo, diente por diente” (Éxodo 21:23, 24).

Esta regla les recordaba a los jueces que el castigo no debía ser ni demasiado blando ni excesivo.
El biblista Richard Elliott Friedman declaró:
“Al parecer, el principio básico era que el castigo debía corresponder a la gravedad del delito y no superarlo”.


Entonces, ¿de dónde salió la idea de que la Ley de Dios permitía la venganza?
Son interesantes las palabras de Jesús que leemos en Mateo 5:38, 39:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente’. Sin embargo, yo les digo:
No resistan al que es inicuo; antes bien, al que te dé una bofetada en la mejilla derecha,
vuélvele también la otra”.

Parece que algunos maestros religiosos de los días de Jesús habían incluido la llamada ley del talión,
o del ojo por ojo, en su tradición oral.
Y así autorizaron la venganza personal.
En cambio, Jesús mostró con claridad que estas enseñanzas
no se basaban en la Ley que Dios les dio a los israelitas.


cuando Jesús citó de la Escrituras Hebreas dijo:
“Está escrito”. (Mateo 4:4, 7, 10.)

Pero en seis ocasiones durante el Sermón del Monte
introdujo declaraciones que aparentemente procedían
de las Escrituras Hebreas mediante las palabras: “Se dijo”. (Mateo 5:21, 27, 31, 33, 38, 43.)
¿Por qué? Porque se estaba refiriendo a las Escrituras según interpretadas
a la luz de las tradiciones farisaicas
que contradecían los mandamientos de Dios. (Deuteronomio 4:2; Mateo 15:3.)

Esto es patente por la sexta y última referencia que hizo Jesús en esta serie de declaraciones:
“Oyeron ustedes que se dijo: ‘Tienes que amar a tu prójimo y odiar a tu enemigo’”.

Pero ninguna de las leyes de Moisés decía:
‘Odia a tu enemigo’.

Los escribas y fariseos lo decían.
Así interpretaban ellos la Ley de amar a su prójimo...
a su prójimo judío, y a nadie más.