Hubo un año en el que buscaba un coche de segunda mano y me enamoré de un Toyota Celica del 80. Era precioso! Con un color gris turquesa, con la banda vertical de separación ancha, la mecánica totalmente revisada y sin un rasguño.
Pedían un ojo de la cara!!
Y como me gusta ver...
Siempre lo recordaré.