Tenía uno de estos para la playa y montaña. Era un coche genial, carrocería de plástico que no pesaba nada, con una suspensión para transitar por carreteras casi intransitables, que todavía hoy añoro. Lo vendí a regañadientes porque tenía que comprar otro coche, y como ya había dos más en el garaje, no cabía. Lo usaba para hacer "safaris" por la montaña y era muy divertido.