Jesucristo era hombre aunque era también Dios. Y los apóstoles y primeros discípulos eran también hombres. Y Pablo recibió el Evangelio de todos ellos. Entonces, lo que dicen las cartas de que Pablo no recibió el Evangelio de ningún hombre, no es correcto. Por eso hay que hacer distinción entre el Evangelio y las cartas atribuidas a Pablo.

El evangelio es la Palabra de Dios y las cartas contienen muchos preceptos de hombres que contradicen lo que manda el Evangelio.