La importancia que los seres humanos damos a las cosas que intervienen diariamente en nuestra vida ¿Coincide con el valor intrínseco que esas cosas tienen o nos aportan?

Pienso que no.

Haciendo uso de una facultad que tiene nuestra inteligencia, y que algunas personas denigran: la capacidad de suponer un hecho o situación; esto es, imaginar algo, podemos deducir valores que, de ninguna otra forma, podríamos ponderar.

Voy a plantear tres situaciones, que requieren de nuestra imaginación para que se produzcan.

Caso número uno:

En el transcurso de la noche, cuando estamos sumidos en el profundo sueño, a todos los conductores de trenes se les borra todo lo que han aprendido de cómo se conduce una locomotora.
Al día siguiente, todos los trenes del mundo se encuentran parados.

¿Nos afectaría grandemente esta situación?

Caso número dos:

En el transcurso de la noche, cuando estamos sumidos en el profundo sueño, a todos los conductores de camiones se les borra todo lo que han aprendido de cómo se conduce un camión.
Al día siguiente, todos los camiones del mundo se encuentran parados.

¿Nos afectaría grandemente esta situación?

Caso número tres:

En el transcurso de la noche, cuando estamos sumidos en el profundo sueño, a todos los seguidores de religiones se les borra todo lo que han aprendido de religión.
Al día siguiente, todas las religiones han dejado de existir. Nadie es creyente de religión alguna.

¿Nos afectaría grandemente esta situación?

Por favor. No intente ver tres pies al gato. Solamente he pretendido demostrar lo que he enunciado en el primer párrafo.