(Contestando a un fanático de la religión):
Hay palabras como: el autoconvencimiento, el autoengaño, la autosugestión, etc. que todas van relacionadas con el interés de la persona que las practica.
Es obvio que a este interés le podemos encontrar mil y una posibilidad, tanto en pro como en contra, pero una cosa es cierta, y es que las creencias religiosas son producto de miedos y temores que anidan en lo más profundo de nuestro ser. A unos con más fuerza a otros con menos. Los temores y miedos de los primeros, pueden ser tan fuertes y dominar tanto al individuo, como para creerse cualquier cosa por alejada que esté de la realidad.
No buscan la "verdad", sino que uno o todos los estados expuestos al principio hagan su efecto y les proporcionen algo de alivio que les haga sentir mínimamente seguros.
Es parecido a los infantes cuando no ven a su mama, enseguida pierden todo sentido de seguridad y lloran, dan patadas y hacen todo lo que este en sus manos para librarse de este sentimiento de miedo y desesperación.
De mayores, hacemos lo mismo pero ya no buscamos a la mama fuera porque sabemos que no está, en cambio nos creamos un dios a nuestra medida que sabemos que siempre estará ahí para ahuyentar gran parte de los fantasmas que nos hemos creado nosotros mismos, ayudados por la propia Sociedad.
"El amor hace que todos espejos seamos, por eso más recibimos cuanto más damos".- Rahwananda.