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Tema: Viajes, experiencias, aventuras.

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  1. #1
    Fecha de Ingreso
    07-octubre-2016
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    La navegación de nuestro aprendiz fue precisa, y nos llevó de forma certera desde el continente a galápagos, a puerto ayora en la isla Santa Cruz.
    Yo hice mi navegación por mi parte, porque.... bueno.

    Luego de llegar a la isla de Santa Cruz, se quedaron por ahí nuestros pasajeros
    de travesía quienes emprendieron su retorno a Guayaquil.

    El arquitecto naval, años mas tarde, me envió de regalo los planos de un velero del mismo estilo
    que el que teníamos, pero de doce metros (cuatro metros menos), que era mi sueño de barco en ese tiempo.
    Ahí tengo los planos de un velero clásico que nunca se construyó.

    Nuestra estada en galápagos fue maravillosa. Pudimos recorrer casi todas las islas.
    Siempre con un golpe de suerte, estando en la bahía de puerto moreno, en San Cristóbal,
    un barco de turismo tuvo una lamentable falla de motor, y quedó fuera de servicio, por lo que el capitán del barco
    accidentado nos contrató para realizar las excursiones locales.
    Fuimos adecuadamente autorizados por la capitanía de puertos, y esos tours, aparte de mostrarnos lugares
    que no habríamos conocido, nos reportaron buenos ingresos.

    Uno de los pasajeros, que era reportero de una revista finlandesa y que había venido a
    fotografiar las tortugas galápagos en la próxima luna, durante el período de desove,
    arrendó nuestro velero con tripulación para que pudiese llegar en la fecha.
    Así que, con dos de los nuestros, emprendí esa travesía de varios días con sus noches.

    Mientras estábamos anclados en un puerto pésimo en la costa este de la isla,
    el reportero y uno de los tripulantes desembarcaron para escalar el volcán,
    mientras yo permanecía a bordo con el otro.
    El reportero llevó mi cámara, con la cual tomaría un rollo para mí del evento.
    No hay nada peor que una noche con oleaje, anclado en un mal puerto. Afortunadamente con luna llena.

    De retorno a San Cristóbal, ya con nuestra tripulación completa reunida
    navegamos de vuelta a Santa Cruz para reabastecernos y emprender la travesía hacia las islas marquesas.
    Última edición por doonga; 02-may.-2020 a las 22:38
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

  2. #2
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    Ciudad de México
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    Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje
    La navegación de nuestro aprendiz fue precisa, y nos llevó de forma certera desde el continente a galápagos, a puerto ayora en la isla Santa Cruz.
    Yo hice mi navegación por mi parte, porque.... bueno.

    Luego de llegar a la isla de Santa Cruz, se quedaron por ahí nuestros pasajeros
    de travesía quienes emprendieron su retorno a Guayaquil.

    El arquitecto naval, años mas tarde, me envió de regalo los planos de un velero del mismo estilo
    que el que teníamos, pero de doce metros (cuatro metros menos), que era mi sueño de barco en ese tiempo.
    Ahí tengo los planos de un velero clásico que nunca se construyó.

    Nuestra estada en galápagos fue maravillosa. Pudimos recorrer casi todas las islas.
    Siempre con un golpe de suerte, estando en la bahía de puerto moreno, en San Cristóbal,
    un barco de turismo tuvo una lamentable falla de motor, y quedó fuera de servicio, por lo que el capitán del barco
    accidentado nos contrató para realizar las excursiones locales.
    Fuimos adecuadamente autorizados por la capitanía de puertos, y esos tours, aparte de mostrarnos lugares
    que no habríamos conocido, nos reportaron buenos ingresos.

    Uno de los pasajeros, que era reportero de una revista finlandesa y que había venido a
    fotografiar las tortugas galápagos en la próxima luna, durante el período de desove,
    arrendó nuestro velero con tripulación para que pudiese llegar en la fecha.
    Así que, con dos de los nuestros, emprendí esa travesía de varios días con sus noches.

    Mientras estábamos anclados en un puerto pésimo en la costa este de la isla,
    el reportero y uno de los tripulantes desembarcaron para escalar el volcán,
    mientras yo permanecía a bordo con el otro.
    El reportero llevó mi cámara, con la cual tomaría un rollo para mí del evento.
    No hay nada peor que una noche con oleaje, anclado en un mal puerto. Afortunadamente con luna llena.

    De retorno a San Cristóbal, ya con nuestra tripulación completa reunida
    navegamos de vuelta a Santa Cruz para reabastecernos y emprender la travesía hacia las islas marquesas.
    Muy buen relato estimado amigo, la vela es siempre una aspiración no al alcance de todos. El mar ha sido siempre un tropiezo para mi, yo trabajé años en el ministerio de pesca de mi país.
    ¡Pensar por cuenta propia!

    GBNL

  3. #3
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    07-octubre-2016
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    Cita Iniciado por Giordano Bruno Ver Mensaje
    Muy buen relato estimado amigo, la vela es siempre una aspiración no al alcance de todos. El mar ha sido siempre un tropiezo para mi, yo trabajé años en el ministerio de pesca de mi país.
    Muy cierto lo que dices.

    En todo caso, mientras reparábamos el viejo velero en valparaíso, yo junté los pesos trabajando en diversas actividades relacionadas con la ingeniería.

    Cierto que contamos con el apoyo logístico de la armada de chile, pero no hubo apoyo alguno por parte de nuestros respectivos grupos familiares.

    Todo lo contrario: hicieron todo lo posible para que esta locura de jipi, fracasara.

    Pero afortunadamente, la rueda de la fortuna se detuvo frente a mi puerta varias veces durante mi vida, y por fortuna, atiné abrirla.
    Última edición por doonga; 03-may.-2020 a las 13:31
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

  4. #4
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    El zarpe de la isla Santa Cruz sería dentro de algunos días.
    Uno de los tripulantes decidió quedarse en galápagos.
    Era hombre rana como actividad, y arquitecto de profesión, y enamorado de galápagos,
    por lo que decidió dar término a su viaje en ese momento.

    Pero Santa Cruz nos daría otra sorpresa.
    Ese día por la mañana se había anclado una goleta de tres palos como de 40 metros de eslora, el "sofía".
    Conocimos a su capitán y la tripulación compuesta por varios americanos y varias americanas.
    ¿one wine for one wiskey?
    -- finalmente transamos en dos vinos a cambio del destilado.
    Intercambiamos historias y experiencias, y de los planes futuros.
    Ellos irían a varar su barco en la isla Baltra, próxima a Santa Cruz.
    La varadura se utiliza para limpiar el casco, mientras la embarcación yace en la playa con marea baja.
    Pedí que me invitaran y así ver cómo lo hacen para luego proceder a limpiar el casco de nuestra embarcación.
    Nuestra travesía sería muy larga, y un casco sucio es un enorme freno.

    Partí, pues, de puerto ayora en la goleta Sofía, incrementando su tripulación, hacia la isla Baltra,
    que se encuentra en el extremo norte de Santa Cruz.
    Un día más tarde, en una mañana templada y calma, esperamos que pase la máxima
    para acercarnos a la playa y reposar la quilla sobre la arena.

    Pero no pasaron 5 minutos, y se levanta un viento con un oleaje que azotó la proa del "sofía" contra la arena de la playa,
    hasta causar una vía de agua que lo hizo naufragar a nuestra vista y paciencia.

    Junto con el capitán planificamos estrategias: tapar la vía de agua con una vela.
    Recoger las cuerdas con el winche. Todas ideas ingeniosas, pero que no surtieron ningún efecto.

    Ahí estaba el sofía, semi hundido, con el agua hasta las escotillas, tapas de libros flotando, botellas, cáscaras de plátano...
    Un desastre de marca mayor.



    De alguna forma mis colegas se enteraron, y al otro día en la mañana divisamos los dos palos de nuestro querido San Juan,
    que llegó con toda su tripulación, incluído nuestro compañero desertor.

    Al fondo se divisa el arribo del San Juan.



    No sabíamos cómo, pero entre todos nos propusimos reflotar el Sofía.
    Última edición por doonga; 04-may.-2020 a las 22:03
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

  5. #5
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    Muy cierto lo que dices.

    En todo caso, mientras reparábamos el viejo velero en valparaíso, yo junté los pesos trabajando en diversas actividades relacionadas con la ingeniería.

    Cierto que contamos con el apoyo logístico de la armada de chile, pero no hubo apoyo alguno por parte de nuestros respectivos grupos familiares.

    Todo lo contrario: hicieron todo lo posible para que esta locura de jipi, fracasara.

    Pero afortunadamente, la rueda de la fortuna se detuvo frente a mi puerta varias veces durante mi vida, y por fortuna, atiné abrirla.
    Esas oportunidades no se dejan ir
    ¡Pensar por cuenta propia!

    GBNL

  6. #6
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    Teníamos la experiencia en reparación de barcos de madera.

    Habíamos reparado nuestro velero, severamente dañado cuando llegó a nuestras manos.

    El capitán del Sofía también había trabajado en la reparación de su embarcación,
    un vieja goleta fuera de servicio que había conseguido en Noruega, en algún puerto.
    Databa de principios del Siglo XX.

    Pero rescatar un naufragio era otro asunto.

    El Sofía era un bergantín goleta de 3 palos, de unas 100 toneladas de desplazamiento.

    Y tenía un motor auxiliar de un cilindro provisto de una enorme hélice de dos palas
    que usaban para entrar y salir de puerto.
    Las cuadernas, esa suerte de costillas que tienen los barcos, medían más de cuarenta por cuarenta centímetros,
    y estaban muy cerca una de la otra, como a sesenta centímetros.
    Las tablas del casco eran de más de cinco centímetros de espesor.
    De esa sólida estructura habían cedido algunas juntas en la proa por los golpes contra la arena.
    Por esa fisura entraron toneladas de agua.

    En esas condiciones estructuramos la operación de rescate, cuyos detales son demasiado extensos para este relato.

    Solo diré que fue realizada en dos etapas, primero a través de un túnel cavado en la arena,
    y luego una segunda etapa, llevada a cabo bajo agua con el barco anclado en el medio de la bahía.
    Dos grandes bombas de achique mantuvieron el barco seco durante la primera etapa,
    y a flote durante la segunda, hasta culminar luego de dos semanas de trabajo sin descanso,
    cuando el barco quedó totalmente estanco.
    Gran trabajo de nuestro tripulante y de quienes fuimos sus ayudantes.

    Luego de estas dos semanas, navegamos de retorno a Santa Cruz,
    pero esta vez Sofía y San Juan, uno junto al otro.
    Como dos enamorados.

    Ya prontos para zarpar hacia las marquesas, nos cita el capitán de puerto
    y nos hace saber que ha denegado el zarpe del Sofía hacia Costa Rica.
    "La capitanía no puede asumir la responsabilidad por las condiciones de navegabilidad del Sofía
    luego de su naufragio".

    -- ¿y si nosotros los escoltamos con el San Juan?, preguntamos al capitán del puerto.
    -- Bueno, eso cambia las condiciones. Si ustedes lo escoltan hasta Costa Rica, ahí
    les otorgo el zarpe.

    Cruzamos los ojos con mi socio, y dijimos, casi al unísono, "los escoltaremos".

    Y así cambió nuestro rumbo, nuestro destino, y nuestros planes de viaje.
    Ya no iríamos a las islas marquesas.

    Navegaríamos, en cambio, a Costa Rica escoltando a nuestros nuevos amigos,
    y de ahí navegaríamos el gran círculo, desde Costa Rica a hawaii.


    Dos días después nos hicimos a la mar, ambos barcos siempre a la vista.
    Ese había sido nuestro compromiso.

    [20352] El Sofía.


    La navegación a Costa Rica fue grata.

    Luego de 8 dias de navegación recalamos en la Isla del Coco para reabastecer agua dulce.
    La Isla del Coco es un territorio Costarricense, ubicada a unos 5 dias de navegación del continente.

    Nuestra estada en la Isla del Coco fué loquísima, pero eso es otra historia.
    Luego de tres dias de juerga, zarpamos hacia Puntarenas en una navegación que tomó los 5 días esperados.

    Siempre con el sofía a la vista.
    La navegación astronómica fue llevada en ambos barcos,
    y todas las mañanas nos acercábamos para intercambiar los datos de navegación,
    el pan integral recien horneado en el Sofía, y la botella de tinto navegado de
    la bodega del San Juan: una forma primitiva de comercio internacional.

    Fueron, en total, 15 días desde Puerto Ayora, en la isla de Santa Cruz, hasta Puntarenas, Costa Rica.
    Última edición por doonga; 04-may.-2020 a las 22:03
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

  7. #7
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    Teníamos la experiencia en reparación de barcos de madera.

    Habíamos reparado nuestro velero, severamente dañado cuando llegó a nuestras manos.

    El capitán del Sofía también había trabajado en la reparación de su embarcación,
    un vieja goleta fuera de servicio que había conseguido en Noruega, en algún puerto.
    Databa de principios del Siglo XX.

    Pero rescatar un naufragio era otro asunto.

    El Sofía era un bergantín goleta de 3 palos, de unas 100 toneladas de desplazamiento.

    Y tenía un motor auxiliar de un cilindro provisto de una enorme hélice de dos palas
    que usaban para entrar y salir de puerto.
    Las cuadernas, esa suerte de costillas que tienen los barcos, medían más de cuarenta por cuarenta centímetros,
    y estaban muy cerca una de la otra, como a sesenta centímetros.
    Las tablas del casco eran de más de cinco centímetros de espesor.
    De esa sólida estructura habían cedido algunas juntas en la proa por los golpes contra la arena.
    Por esa fisura entraron toneladas de agua.

    En esas condiciones estructuramos la operación de rescate, cuyos detales son demasiado extensos para este relato.

    Solo diré que fue realizada en dos etapas, primero a través de un túnel cavado en la arena,
    y luego una segunda etapa, llevada a cabo bajo agua con el barco anclado en el medio de la bahía.
    Dos grandes bombas de achique mantuvieron el barco seco durante la primera etapa,
    y a flote durante la segunda, hasta culminar luego de dos semanas de trabajo sin descanso,
    cuando el barco quedó totalmente estanco.
    Gran trabajo de nuestro tripulante y de quienes fuimos sus ayudantes.

    Luego de estas dos semanas, navegamos de retorno a Santa Cruz,
    pero esta vez Sofía y San Juan, uno junto al otro.
    Como dos enamorados.

    Ya prontos para zarpar hacia las marquesas, nos cita el capitán de puerto
    y nos hace saber que ha denegado el zarpe del Sofía hacia Costa Rica.
    "La capitanía no puede asumir la responsabilidad por las condiciones de navegabilidad del Sofía
    luego de su naufragio".

    -- ¿y si nosotros los escoltamos con el San Juan?, preguntamos al capitán del puerto.
    -- Bueno, eso cambia las condiciones. Si ustedes lo escoltan hasta Costa Rica, ahí
    les otorgo el zarpe.

    Cruzamos los ojos con mi socio, y dijimos, casi al unísono, "los escoltaremos".

    Y así cambió nuestro rumbo, nuestro destino, y nuestros planes de viaje.
    Ya no iríamos a las islas marquesas.

    Navegaríamos, en cambio, a Costa Rica escoltando a nuestros nuevos amigos,
    y de ahí navegaríamos el gran círculo, desde Costa Rica a hawaii.


    Dos días después nos hicimos a la mar, ambos barcos siempre a la vista.
    Ese había sido nuestro compromiso.

    [20352] El Sofía.


    La navegación a Costa Rica fue grata.

    Luego de 8 dias de navegación recalamos en la Isla del Coco para reabastecer agua dulce.
    La Isla del Coco es un territorio Costarricense, ubicada a unos 5 dias de navegación del continente.

    Nuestra estada en la Isla del Coco fué loquísima, pero eso es otra historia.
    Luego de tres dias de juerga, zarpamos hacia Puntarenas en una navegación que tomó los 5 días esperados.

    Siempre con el sofía a la vista.
    La navegación astronómica fue llevada en ambos barcos,
    y todas las mañanas nos acercábamos para intercambiar los datos de navegación,
    el pan integral recien horneado en el Sofía, y la botella de tinto navegado de
    la bodega del San Juan: una forma primitiva de comercio internacional.

    Fueron, en total, 15 días desde Puerto Ayora, en la isla de Santa Cruz, hasta Puntarenas, Costa Rica.
    Una pequeña Odisea y un rescate
    ¡Pensar por cuenta propia!

    GBNL

  8. #8
    Fecha de Ingreso
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    Cita Iniciado por Giordano Bruno Ver Mensaje
    Una pequeña Odisea y un rescate
    Más bien una vivencia del objetivo último de la vida que consiste en vivirla.
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

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