Por mi profesión no he dejado de trabajar un día, pero he escuchado muchas anécdotas. En los supermercados locales no se encuentra levadura. Muchos están matando el tiempo cocinando repostería casera. Ergo... muchos van a terminar la cuarentena con algún kilito demás.
Mi vecino, desempolvó su Yaesu y volvió al éter como radioaficionado. Dice que algo que ya casi nadie usaba, ha vuelto a ser popular. El hambre de comunicación es una de las facetas más destacables de esta crisis.