Todo lo que no es misericordioso y no manda misericordia, no viene de Dios porque lo que Dios quiere es la misericordia. Entonces debes comprender que Jesucristo no manda aborrecer a las personas sino amarlas, pues manda amar incluso a los enemigos:
Mateo 5:43
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
5:44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
5:45 para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.