La hija de Jefté no es el único sacrificio humano aceptado por Jehová. En este relato, son necesarias las muertes de siete personas para que Jehová levantara la hambruna.
Y EN los días de David hubo hambre durante tres años consecutivos. Y David consultó a Jehová, y Jehová le dijo: Es por causa de Saúl, y por aquella casa sanguinaria, porque mató a los gabaonitas. 2 Entonces el rey llamó a los gabaonitas y les habló. (Los a gabaonitas no eran de los hijos de Israel, sino del resto de los amorreos, a los cuales los hijos de Israel habían hecho juramento; pero Saúl había procurado matarlos en su celo por los hijos de Israel y de Judá.) 3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, y cómo os compensaré para que bendigáis la heredad de Jehová? 4 Y los gabaonitas le respondieron: No tenemos nosotros querella sobre plata ni sobre oro con Saúl ni con su casa, ni queremos que muera ningún hombre de Israel. Y él les dijo: Lo que digáis, eso haré por vosotros. 5 Y ellos respondieron al rey: De aquel hombre que nos destruyó y que maquinó contra nosotros, para exterminarnos sin dejar nada de nosotros en todo el territorio de Israel, 6 que se nos den siete hombres de entre sus a hijos para que los ahorquemos delante de Jehová en Gabaa de Saúl, el escogido de Jehová. Y el rey dijo: Os los daré. 7 Y perdonó el rey a Mefi-boset hijo de Jonatán, hijo de Saúl, por el juramento de Jehová que hubo entre ellos, entre David y Jonatán hijo de Saúl. 8 Mas tomó el rey a dos hijos de Rizpa, hija de Aja, los cuales ella había dado a luz a Saúl, a Armoni y a Mefi-boset, y a cinco hijos de Mical, hija de Saúl, los cuales ella había dado a luz a Adriel hijo de Barzilai, el meholatita, 9 y los entregó en manos de los gabaonitas, y ellos los ahorcaron en el monte delante de Jehová; y murieron juntos aquellos siete, los cuales fueron muertos en los primeros días de la siega, al principio de la siega de la cebada. (2 Samuel 21:1-9)
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14 Y sepultaron los huesos de Saúl y los de su hijo Jonatán en
la tierra de Benjamín, en Zela, en el sepulcro de su padre Cis;
e hicieron todo lo que el rey había mandado. Después de esto,
Dios escuchó las súplicas para con la tierra. (2 Samuel 21:14)
La Verdad nos hará libres.