Con relación al tema:

Nosotros los físicos, somos los únicos científicos que puedemos decir la palabra “Dios” y no avergonzarnos.

Dr. MICHIO KAKU


Albert Einstein dijo una vez algo muy profundo. Dijo que el Universo podría haber sido caótico, aleatorio y feo, y sin embargo nos dio la magnífica síntesis en el origen del Universo mismo, dando origen a las galaxias, los planetas, el ADN, la vida. Einstein dijo que la armonía que se ve, no podría haber sido un accidente. No estamos hablando necesariamente de la concepción de los seres humanos, no estamos hablando de una intervención que nos ha dado ojos, narices y orejas, pero ¿de dónde vienen las leyes de la física?

Como ustedes saben, yo trabajo en algo llamado la teoría de cuerdas, lo cual hace afirmar que estamos leyendo la mente de Dios. Se basa (la teoría de las cuerdas) en la música o pequeñas cuerdas vibrantes que nos dan así las partículas que vemos en la naturaleza. Las leyes de la química con las que hemos tenido problemas en la escuela secundaria serían las melodías que se pueden ejecutar en estas cuerdas vibrantes. El Universo sería una sinfonía de estas cuerdas vibrantes y la mente de Dios, sobre la que Einstein escribió ampliamente, sería música cósmica resonando a través de este nirvana … a través de las 11 dimensiones hiper espaciales, que sería la mente de Dios. Los físicos son los únicos científicos que puede decir la palabra “Dios” y no sonrojarse.

El hecho esencial es que se trata de preguntas cósmicas de existencia y significado. Thomas Huxley, el gran biólogo del siglo pasado, dijo que la cuestión de todas las preguntas de la ciencia y la religión es determinar nuestro lugar y nuestro verdadero rol en el Universo. Por tanto la ciencia y la religión se tratan de la misma pregunta.

Sin embargo, ha habido esencialmente un divorcio en el último siglo, más o menos, entre el la ciencia y el humanismo, y creo que es muy triste que no hablemos ya el mismo idioma.