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Tema: LA VERDADERA LEY DE MOISÉS es la Ley que nos enseña Jesús EN EL EVANGELIO......

  1. #951
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    Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje
    ¿errores o pecados?
    Es necesario que lo aclares.
    Da igual las dos cosas valen

  2. #952
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    Cita Iniciado por Roberto0 Ver Mensaje
    Da igual las dos cosas valen

    O sea, que somos responsables de que los cristianos digan que "2+2=5", pues ese es un error.
    Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.

  3. #953
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    Cita Iniciado por doonga Ver Mensaje

    O sea, que somos responsables de que los cristianos digan que "2+2=5", pues ese es un error.
    De lo que eres responsable es de no predicar el evangelio y poner faltas a los cristianos que si lo hacemos.

  4. #954
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    Cita Iniciado por Roberto0 Ver Mensaje
    iniciado por misericordia

    Jesucristo en el Evangelio nos entrega de nievo las escrituras y mandamientos que realmente le fueron dados a Moisés... Y esto es lo que enseña el Evangelio sobre los verdaderos mandamientos de Dios...
    Moises no existió, como constatan los egipcios en cada escrito de la época.

    Entre las muchas incógnitas en torno a Moisés se encuentran la de su origen y la estancia de su pueblo en Egipto. El relato bíblico nos cuenta que era hijo de Amram y Lojebed, miembros de la tribu hebrea Levi, una de las doce que emigraron al país del Nilo. La misma fuente cuenta que los israelitas residieron allí durante cuatrocientos treinta años hasta que se vieron obligados a huir bajo la dirección de Moisés.

    Sabemos que Egipto fue desde siempre tierra de acogida para poblaciones seminómadas procedentes de la vecina Siria-Palestina. Llegaron huyendo de las hambrunas o de la guerra, buscando las riquezas y las tierras fértiles egipcias, que para muchos representaban la panacea. Se asentaron sobre todo en la región del Delta, la tierra de Gessen, descrita en la Biblia, que tenía además un gran papel comercial debido a su posición fronteriza con Oriente. El trasiego de personas fue constante: beduinos, comerciantes, artesanos, cautivos...


    La arqueología egipcia es muy escueta en lo que se refiere a los israelitas. Para buscar sus huellas se ha de comenzar rastreando la palabra apiru (o habiru), presente en numerosos textos egipcios y mesopotámicos del II milenio a. C. Fue en 1890 cuando se relacionó por primera vez este término con el de “hebreos” que se cita en la Biblia. La palabra aparecía en una tablilla de barro cocido, escrita en acadio, que había sido enviada por el gobernador de Jerusalén a un faraón. En ella le pedía ayuda contra los apiru que atacaban sus campos.

    Se desató entonces un intenso debate para comprender quiénes eran estas gentes, a las que se podía encontrar desde el sur de Anatolia hasta el valle del Nilo. El debate sigue aún abierto, pero, ya fueran exiliados, refugiados o forajidos, parece que en medio de toda esta confusión figuraban los hebreos.

    Y es que, aunque la Biblia recoge los ecos de un pasado común entre egipcios e israelitas, la historia no es tan explícita. La primera vez que las fuentes egipcias les llaman por su nombre les consideran enemigos y los establecen fuera de Egipto. Aparecen en una gran estela erigida por el faraón Merenptah (c. 1212-1202 a. C.), hijo de Ramsés II, en el año 5 de su reinado, descubierta en 1896.

    En ella, Merenptah cuenta las victorias militares de los principios de su gobierno. Las dos últimas líneas aluden a una campaña en Canaán donde el faraón conquistó ciudades como Ascalón y Gezer. Es en este punto donde se refiere, ambigua y escuetamente, a otros rebeldes a quienes dice haber devastado por completo: “las gentes de Israel”.

    Esta referencia constituye la mención más antigua de Israel como una entidad propia. Pero nada en el texto de Merenptah permite relacionar esa alusión con el episodio bíblico del Éxodo. Sin embargo, para muchos autores, constituye la prueba irrefutable del éxito de la misión de Moisés y de la fundación de Israel. Así pues, de haber ocurrido el Éxodo, el año 5 del reinado de Merenptah podría marcar la fecha más antigua para datarlo. Pero, entonces, ¿fue Merenptah el faraón mencionado en el episodio del Éxodo?

    La historia de Moisés en el Antiguo Testamento se redactó probablemente entre los siglos VII y VI a. C., es decir, muchas generaciones después de los acontecimientos descritos. La narración no permite determinar cuándo vivió Moisés, y el silencio abrumador de la arqueología no hace sino alimentar el misterio. Este también afecta a la identidad del otro protagonista de la epopeya: el rey de Egipto.

    La Biblia lo describe como un personaje distante que encarna todos los clichés de un gobernante tiránico. Le atribuye la orden de matar a los primogénitos hebreos. Con su negativa a dejar marchar a los Hijos de Israel desafió a Dios, desatando las diez plagas. Y finalmente persiguió a los evadidos hasta los confines del desierto. Sin embargo, el relato le mantiene en el anonimato. Se refiere a él solo por el título “Faraón”.

    Hoy por hoy ninguna de las teorías sobre la identidad de “Faraón” es concluyente. La más popular es la que atribuye este papel a Ramsés II (1279-1212 a. C.). Su imagen de guerrero y conquistador encajaría a la perfección, aunque la hipótesis adolece de problemas. Se basa en que la Biblia menciona que los hebreos trabajaron en las ciudades de Pithom (Per-Atum) y Ramsés (Pi-Ramsés, capital construida por Ramsés II y su padre Seti I). Sin embargo, Pi-Ramsés se mantuvo en pie durante siglos hasta que Tanis (paradójicamente, también citada en el texto) tomó el relevo. Ninguna de estas ciudades ha arrojado hasta ahora información arqueológica sobre Moisés y sus compatriotas.

    Ramsés II tuvo un largo reinado de 77 años, lo que correría en paralelo a la longevidad de Moisés. No obstante, para otros autores la reconstrucción de su vida pasa por más de un faraón. Así, su nacimiento y educación en la corte pudieron acontecer bajo el reinado de Seti I o incluso antes. Los sucesos relativos a la muerte del capataz egipcio y la posterior huida de Moisés al país de Madián (donde contrae matrimonio con Séfora) ocurrirían ya en época de Ramsés II. Para estos historiadores, este o tal vez su hijo Merenptah se disputarían la autoría del enfrentamiento con Moisés y la expulsión final de los hebreos.

    Existe una sugerente teoría que se desmarca por completo de la cronología ramésida y que busca a “Faraón” más de trescientos años antes: entre los monarcas de la dinastía XVIII. Su principal apoyo es una versión egipcia de la historia de Moisés que fue muy popular durante el Egipto grecorromano, a partir del siglo IV a. C. En ella se identifica a los israelitas como uno de los pueblos que se encontraban con los hicsos cuando estos fueron expulsados de Egipto. Sus defensores relacionan los extraños fenómenos naturales que describen las diez plagas con las catástrofes provocadas por la erupción del volcán de la isla griega de Tera (Santorini). Esos fenómenos se podrían relacionar también con los que figuran en algunos textos egipcios de esta época. La polémica está servida.

    La teoría de Babilonia
    Es en el recuerdo donde las últimas investigaciones buscan a Moisés y a “Faraón”. Muchos especialistas han vuelto sus miradas hacia los autores del Éxodo bíblico y los motivos de su redacción, proponiendo una interpretación diferente. La compilación y redacción del texto debió de producirse lentamente, entre los siglos VII y VI a. C., con fines esencialmente ideológicos. Con él se buscaba justificar la situación política que el estado de Israel vivía en esos momentos: su conquista por el imperio babilónico de Nabucodonosor el Grande (605-562 a. C.) y la deportación de un gran número de israelitas a la ciudad de Babilonia. Su regreso a Palestina se producirá de forma paulatina medio siglo más tarde.

    Según esta interpretación, Moisés formaría parte de la leyenda, que, como cualquier otra, tiene un fondo de verdad. Para la construcción del relato, los israelitas habrían tomado prestado lo ocurrido a los hicsos en Egipto siglos antes y que la arqueología egipcia corrobora ampliamente. Este episodio parece que no se olvidó en la memoria de las poblaciones de Siria-Palestina, y se creó una tradición. Los hebreos habrían hecho su propia lectura y la habrían adaptado a sus necesidades. La historia de Moisés se transformó entonces en el mito que legitimaba el derecho a establecerse a los hebreos que regresaban a Canaán. Utilizaron para ello la idea de un éxodo, tema que aparece recurrentemente en la literatura hebrea con motivo de antiguas deportaciones.

    Para el escenario del relato bíblico los autores probablemente mezclaron el Egipto de su época con el recuerdo de estancias anteriores como fruto de migraciones reales. Esto explicaría algunas de las contradicciones del texto, como la presencia de topónimos de tiempos de Ramsés II con otros de fases más tardías. En la ambientación, con toques sobrenaturales y mágicos, se pueden identificar guiños a temas bien conocidos de la literatura egipcia. En definitiva, la figura de “Faraón” encarnaría, de una manera simbólica, el poder imperialista asirio-babilónico que subyugaba a los judíos.

  5. #955
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    Cita Iniciado por Loma_P Ver Mensaje
    Moises no existió, como constatan los egipcios en cada escrito de la época...

    Jesucristo, cuando predicó el Evangelio habló de Moisés. Así que Moisés existió, por muchos argumentos que haya de egipcios, o de religiones, o de quien sea, para contradecir que Moisés existió.

    Jesucristo hablo de Moisés, y nadie mejor que Jesucristo sabe que Moisés existió, porque Jesucristo es Dios y lo sabe todo.

  6. #956
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    Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

    Jesucristo, cuando predicó el Evangelio habló de Moisés. Así que Moisés existió, por muchos argumentos que haya de egipcios, o de religiones, o de quien sea, para contradecir que Moisés existió.

    Jesucristo hablo de Moisés, y nadie mejor que Jesucristo sabe que Moisés existió, porque Jesucristo es Dios y lo sabe todo.
    Sabemos de Moisés por la biblia
    es el mediador del viejo pacto

    El nuevo pacto
    tiene un mediador distinto
    EL MEDIADOR DEL NUEVO PACTO
    NO ES MOISÉS
    ES JESUCRISTO
    QUE CON SU SANGRE LO VALIDA

    LEYENDO ESTOS RELATOS DE MOISÉS Y OTROS COMO NOE
    ABRAHAM
    NOS PUEDE ENSEÑAR MUCHO DE JEHOVA
    LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
    PERTENECE AL QUE ME ENVIO
    ” (Juan 7:16.)



  7. #957
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    Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

    Jesucristo, cuando predicó el Evangelio habló de Moisés. Así que Moisés existió, por muchos argumentos que haya de egipcios, o de religiones, o de quien sea, para contradecir que Moisés existió.

    Jesucristo hablo de Moisés, y nadie mejor que Jesucristo sabe que Moisés existió, porque Jesucristo es Dios y lo sabe todo.
    Fantasías y añadiduras muy posteriores al tal jesús que por cierto tampoco fue lo que se indicaba en las biblias. Se dice que fue un invento romano ante el auge de la religión judía y aprovechando a un rebelde de la época.

    Las primeras menciones de Jesús en documentos literarios fuera de los escritos cristianos, se pueden encontrar en algunos historiadores helenistas y romanos que vivieron en la segunda mitad del siglo I o en la primera mitad del siglo II, por lo tanto, bastante alejados ya de las fechas dadas por la biblia.

    El texto más antiguo donde se menciona, aunque de un modo implícito, a Jesús fue escrito por un filósofo estoico originario de Samosata en Siria, llamado Mara bar Sarapion, en torno al año 73. Se refiere a Jesús como «sabio rey» de los judíos. La mención explícita de Jesús más antigua y célebre es la que hace el historiador Flavio Josefo (Antiquitates iudaicae XVIII, 63-64) a finales del siglo I, también conocida como el Testimonium Flavianum. Ese texto que se ha conservado en todos los manuscritos griegos de la obra de Josefo llega a insinuar que podría ser el Mesías, por lo que muchos autores opinan que fue interpolado por los copistas medievales. Hoy día, los investigadores piensan que las palabras originales de Josefo debían ser muy similares a las que se han conservado en una versión árabe de ese texto citada por Agapio, un obispo de Hierápolis, en el siglo X.

    Entre los escritores romanos del siglo II (Plinio el Joven, Epistolarum ad Traianum Imperatorem cum eiusdem Responsis liber X, 96; Tácito, Anales XV, 44; Suetonio, Vida de Claudio, 25,4) hay algunas alusiones a la figura de Jesús y a la acción de sus seguidores.

    En las fuentes judías, particularmente en el Talmud, hay también varias alusiones a Jesús y a ciertas cosas que se decían de él que permiten corroborar algunos detalles históricos por unas fuentes que no son nada sospechosas de manipulación cristiana. Un investigador judío, Joseph Klausner, sintetiza así algunas de las conclusiones que se pueden deducir de los enunciados talmúdicos sobre Jesús: «Hay enunciados confiables en lo que respecta a que su nombre era Yeshua (Yeshu) de Nazaret, que “practicó la hechicería”, y la seducción, y que conducía a Israel por mal camino; que se burló de las palabras de los sabios y comentó la Escritura de la misma manera que los fariseos; que tuvo cinco discípulos; que dijo que no había venido para abrogar nada en la Ley ni para añadirle cosa alguna; que fue colgado de un madero (crucificado) como falso maestro y seductor, en víspera de Pascua.

  8. #958
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    Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
    Sabemos de Moisés por la biblia
    es el mediador del viejo pacto

    El nuevo pacto
    tiene un mediador distinto
    EL MEDIADOR DEL NUEVO PACTO
    NO ES MOISÉS
    ES JESUCRISTO
    QUE CON SU SANGRE LO VALIDA

    LEYENDO ESTOS RELATOS DE MOISÉS Y OTROS COMO NOE
    ABRAHAM
    NOS PUEDE ENSEÑAR MUCHO DE JEHOVA
    Relatos escritos por hombres 1.500 años después del supuesto Moisés.

    Que tú te lo creas, me parece estupendo. Qué sea, pues va a ser que no.

  9. #959
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    Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

    Jesucristo, cuando predicó el Evangelio habló de Moisés. Así que Moisés existió, por muchos argumentos que haya de egipcios, o de religiones, o de quien sea, para contradecir que Moisés existió.

    Jesucristo hablo de Moisés, y nadie mejor que Jesucristo sabe que Moisés existió, porque Jesucristo es Dios y lo sabe todo.

    Cita Iniciado por KIMO Ver Mensaje
    Sabemos de Moisés por la biblia
    es el mediador del viejo pacto

    El nuevo pacto
    tiene un mediador distinto
    EL MEDIADOR DEL NUEVO PACTO
    NO ES MOISÉS
    ES JESUCRISTO
    QUE CON SU SANGRE LO VALIDA..

    Sabemos de Moisés por Jesucristo. Y Jesucristo vino al mundo a enseñar los verdaderos mandamientos de Dios. Y es que los escribas judíos, antes de Jesucristo, habían cambiado la ley es mentira, pues la habían aumentado con muchos preceptos de hombres. Entonces Jesucristo vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios, que son los que Jesucristo enseña en el Evangelio, y que son los que realmente había recibido Moisés.

  10. #960
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    Cita Iniciado por Elisabet* Ver Mensaje

    Sabemos de Moisés por Jesucristo. Y Jesucristo vino al mundo a enseñar los verdaderos mandamientos de Dios. Y es que los escribas judíos, antes de Jesucristo, habían cambiado la ley es mentira, pues la habían aumentado con muchos preceptos de hombres. Entonces Jesucristo vino a enseñarnos los verdaderos mandamientos de Dios, que son los que Jesucristo enseña en el Evangelio, y que son los que realmente había recibido Moisés.
    Fantasías y añadiduras muy posteriores al tal jesús que por cierto tampoco fue lo que se indicaba en las biblias. Se dice que fue un invento romano ante el auge de la religión judía y aprovechando a un rebelde de la época.

    Las primeras menciones de Jesús en documentos literarios fuera de los escritos cristianos, se pueden encontrar en algunos historiadores helenistas y romanos que vivieron en la segunda mitad del siglo I o en la primera mitad del siglo II, por lo tanto, bastante alejados ya de las fechas dadas por la biblia.

    El texto más antiguo donde se menciona, aunque de un modo implícito, a Jesús fue escrito por un filósofo estoico originario de Samosata en Siria, llamado Mara bar Sarapion, en torno al año 73. Se refiere a Jesús como «sabio rey» de los judíos. La mención explícita de Jesús más antigua y célebre es la que hace el historiador Flavio Josefo (Antiquitates iudaicae XVIII, 63-64) a finales del siglo I, también conocida como el Testimonium Flavianum. Ese texto que se ha conservado en todos los manuscritos griegos de la obra de Josefo llega a insinuar que podría ser el Mesías, por lo que muchos autores opinan que fue interpolado por los copistas medievales. Hoy día, los investigadores piensan que las palabras originales de Josefo debían ser muy similares a las que se han conservado en una versión árabe de ese texto citada por Agapio, un obispo de Hierápolis, en el siglo X.

    Entre los escritores romanos del siglo II (Plinio el Joven, Epistolarum ad Traianum Imperatorem cum eiusdem Responsis liber X, 96; Tácito, Anales XV, 44; Suetonio, Vida de Claudio, 25,4) hay algunas alusiones a la figura de Jesús y a la acción de sus seguidores.

    En las fuentes judías, particularmente en el Talmud, hay también varias alusiones a Jesús y a ciertas cosas que se decían de él que permiten corroborar algunos detalles históricos por unas fuentes que no son nada sospechosas de manipulación cristiana. Un investigador judío, Joseph Klausner, sintetiza así algunas de las conclusiones que se pueden deducir de los enunciados talmúdicos sobre Jesús: «Hay enunciados confiables en lo que respecta a que su nombre era Yeshua (Yeshu) de Nazaret, que “practicó la hechicería”, y la seducción, y que conducía a Israel por mal camino; que se burló de las palabras de los sabios y comentó la Escritura de la misma manera que los fariseos; que tuvo cinco discípulos; que dijo que no había venido para abrogar nada en la Ley ni para añadirle cosa alguna; que fue colgado de un madero (crucificado) como falso maestro y seductor, en víspera de Pascua.

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