Kimo .... no soy testigo de Jehová .... gracias a Dios..... es una gran suerte para mí que Jesucristo que es Dios no me haya cegado los ojos ni me haya borrado la memoria.... y que me haya concedido el saber que El es Dios y que su ley fue cambiada....dicho esto...
Definitivamente no somos iguales.
Cuando te citamos PALABRAS DE JESUS que
dio su sangre
para librarnos los pecados.
¿LO CREES?
(Mateo 26:28) porque esto significa
mi ‘sangre del pacto’,
que ha de ser derramada
a favor de muchos
para
perdón
de
pecados.
El burro hablando de orejas
Kimo no enseñáis el Evangelio...
Si fuese así estarías predicando el evangelio aquí...y no lo haces.
Si yo decido pintar mi casa la pinto a no ser que este enfermo.
Pero tu no estás enfermo para predicar el Evangelio....estas confundido.
Cuando yo repito una y otra vez la misma cosa está sacado del Evangelio mismo. Tú repites una y otra vez lo mismo siempre hasta el aburrimiento ya.... yo ya te doy por perdido hace mucho tiempo.
No es lo mismo decir hay que pintar mi casa
que ponerse a pintar
no es lo mismo decir hay que predicar
que predicar.
No te culpo
es que tu iglesia no te equipo para esa obra
en cambio nosotros los testigos
predicamos el reino en mas de mil idiomas
TOMA EL CURSO BÍBLICO
AQUÍ ABAJO PULSA
curso bíblico
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)
1Jn 3:16.
Por esto hemos llegado a conocer el amor:
porque él entregó la vida por nosotros,
y nosotros tenemos la obligación
de entregar la vida por nuestros hermanos.
(Juan 15:13)
Nadie tiene amor más grande que quien da su vida por sus amigos.
LOS cristianos deben predicar las “buenas nuevas del reino”,
es decir, explicar a la gente que el Reino de Dios
es un gobierno que regirá la Tierra con justicia.
Para poder enseñar sobre el Reino,
tendrían que entender lo que es,
pero la realidad es que ni siquiera sus líderes lo tienen claro.
Por eso, muchos se limitan a predicar mensajes
basados en el perdón y la fe en Cristo
para hacer sentir bien a sus feligreses.
LO QUE YO ENSEÑO NO ES MIO
PERTENECE AL QUE ME ENVIO” (Juan 7:16.)