Con lo que tardó Jehová en mandar a su hijo al mundo, resulta de mala suerte que lo hiciera cuando en Israel había una generación a la que odiaba su hijo.
Jesús dijo de su generación que era:
Adúltera.
Incrédula.
Mala.
Pecadora.
Perversa.
Serpientes.
Víboras.
Tanto es así que no se presentó a los representantes del pueblo, tanto religiosos como políticos.
Tampoco les dio una señal que le pidieron. La señal de Jonás tampoco se la dio, pues si resucitó solamente se apareció a sus discípulos.
… con lo fácil que podía haber sido todo...
La Verdad nos hará libres.