Jesús, cuando predicó el evangelio, enseñó los mandamientos que realmente fueron dados por Dios y que los cristianos deben guardar para tener vida eterna. Entonces, los mandatos de las cartas que son contrarios a los mandamientos del Evangelio, no son la revelación que iban a recibir los apóstoles después de que Jesús subiera al cielo, pues cualquier revelación que reciban los cristianos de parte de Dios, no contradice a los mandamientos del Evangelio.