diada de sant jordi

[pablo ramos]

El 23 de abril, todos los años, se festeja en Catalunya el dia de los enamorados, dia de la flor y el libro, la "Diada de Sant Jordi" (San Jorge), en honor a un Jorge no se cuantos que se murió allá por el año 300, creo. Estoy escribiendo esto de memoria, así que se me perdonará alguna licencia.
No recuerdo tampoco muy bien por qué, supongo que algo que ver con el tal Jordi tendrá, los enamorados se regalan, ella un libro para él, él una rosa ( y aunque se ha dejado de usar, también una espiga de trigo, simbolo de la fecundidad) para ella. Normalmente ambas cosas, pero sobre todo la rosa, sobre un fondo de la "senyera", esto es la bandera catalana.
Es una costumbre muy simpática, y la gente lo toma con mucho énfasis, hasta el punto de que para las editoriales, escritores, etc., floristas y tutti quanti se ha transformado en un auténtico día de negocio. Hoy miraba fotografías en el periodico, de Juan Gelman, Isabel Allende, etc., firmando libros en Barcelona, auspiciados por la Generalitat. Bueno, algo muy bonito.
Dado que estaba internado en el hospital, no he podido regalar una puta rosa a ninguna mujercita, ni tampoco ninguna enamorada me ha acercado un libro. Esto me hace pensar. Yo podría regalar, porque enamorar me enamoro más rápido que un bombero. ¿Pero ningún libro?. Joder....

[pana]

Juer Pablo, lo tuyo es leer, y me da que cualquier cosa. Ya te he recomendado algún libro de mi paisana, Toti Martínez de Lezea. En esta ocasión y siguiendo con las mujeres, que también me da que te van, te recomendaría El ultimo Catón, de Matilde Asensi, quizá lo hayas leído. Va muy en la linea de lo que me gusta, pero bueno, esta bien.

[pablo ramos]

Estimado Pana: me agenciaré El último Catón (del primero ya contaré algo uno de estos días, individuo que no me cae de lo mejor). Aunque solo sea para confirmar tu tesis de que le mio es leer, y tenés razón, a como venga. Entre Operación Triunfo y una novelita de pistoleros, me quedaré siempre con ésta.
Tenés razón, la lectura me va, y tenés razón, también las señoras. Salvo cuando se empeñan en hacerme remolinos en el pelo cuando estoy leyendo. O se ponen a hablar cuando estoy mirando unpartido por la tele. Y me voy a conseguir el librejo. Chau