Solo que en los desiertos ya no quedan ni langostas ni abejas.Y por ello una vez mas envidio a Juan el bautista
que comía solo langostas y miel silvestre y vivía en el desierto
De eso ya se encargó el glifosfato.
No es fácil.
Solo que en los desiertos ya no quedan ni langostas ni abejas.Y por ello una vez mas envidio a Juan el bautista
que comía solo langostas y miel silvestre y vivía en el desierto
De eso ya se encargó el glifosfato.
No es fácil.
Jamás comprenderás la inmensidad de La Nada.