Cita Iniciado por Ju@njo Ver Mensaje
Buenas Kimo,

Dijistes que te expusiera mis creencias para ver si te hacía cambiar de opinión.

Pero ante estas palabras aun no he obtenido respuesta.

¿No será que está redactado de forma tan sencilla que hasta un niño lo puede entender?

El resumen es que el Evangelio es lo que Dios nos mandó predicar porque sabía que muchos otros libros del pasado y los que vendrían en el futuro serían corrompidos y tergiversados:

"Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado." Marcos 16, 15-16
la palabra “evangelio” significa “buenas nuevas” o “buenas noticias

Aunque los cuatro relatos son paralelos y con frecuencia mencionan los mismos incidentes,
de ningún modo son sencillamente copias unos de otros.

A los tres primeros Evangelios se les suele llamar sinópticos,
lo que indica un punto de vista similar, pues tienen un enfoque similar al relatar la vida de Jesús en la Tierra.

Pero cada uno de los cuatro escritores —Mateo, Marcos, Lucas y Juan— narra su propio relato del Cristo.
Cada uno tiene su propio tema y objetivo particular, refleja su propia personalidad y tiene presentes a sus lectores más cercanos.

Mientras más escudriñamos sus escritos,
más nos percatamos de los rasgos distintivos
de cada uno de ellos y de que estos cuatro libros bíblicos inspirados
son relatos independientes, complementarios y armoniosos de la vida de Jesucristo

Mateo fue el primero que escribió las buenas nuevas acerca del Cristo.
Es probable que su nombre sea una forma abreviada del hebreo “Matitías”, que significa “Regalo (Dádiva) de Jehová”.
Fue uno de los 12 apóstoles escogidos por Jesús. Mateo tuvo una relación estrecha e íntima con el Maestro a medida
que este viajaba por la tierra de Palestina predicando y enseñando acerca del Reino de Dios. Antes de hacerse discípulo de Jesús,
Mateo era recaudador de impuestos, una ocupación totalmente aborrecible para los judíos,
porque les recordaba de continuo que no eran libres,
sino que estaban bajo el dominio de la Roma imperial. Mateo, también llamado Leví, era hijo de Alfeo.

Cuando Jesús lo invitó a seguirle, Mateo respondió de buena gana. (Mat. 9:9; Mar. 2:14; Luc. 5:27-32.)