Jesús reconoció la tendencia humana
a preocuparse por las cosas materiales;
de ahí que instara a sus discípulos:
“Dejen de andar buscando
qué podrán comer y qué podrán beber,
y dejen de estar en ansiedad y suspenso;
porque todas estas son las cosas
en pos de las cuales van con empeño
las naciones del mundo,
pero el Padre de ustedes sabe que ustedes necesitan estas cosas.
Sin embargo, busquen continuamente el reino de él,
y estas cosas les serán añadidas” (Lucas 12:29-31).