"He tratado muchas veces con los extraterrestres,
he ido a Venus y a Marte moviéndome en mi Cuerpo Astral conscientemente [ - PULSAR AQUÍ PARA MÁS INFORMACIÓN - ] y puedo dar fe, testimonio de esta maravilla de habitantes, que no tengo palabras con qué describir la sabiduría, la cultura y la vida angélica que llevan.
(...)
Los venusinos tienen cuerpos perfectos: frente ancha o amplia, ojos azules, nariz recta, cabellos rubios y una inteligencia sorprendente. (...) todos tienen figuras angélicas: perfección en hombres y mujeres, porque es un planeta y su humanidad ascendente, superior. Allá no se ven monstruos como se ven aquí.
(...) Cuando se está conversando con un venusino, los demás pasan a su trabajo, su diligencia que tienen que hacer sin detenerse; ellos no son como nosotros, que nos amontonamos a mirar y a criticar a una persona que tenga un defecto físico. Me he mirado en Venus, comparando mi forma y la de ellos y da vergüenza, uno queda como un gorila; sin embargo, eso a nadie le llama la atención, todo mundo pasa desapercibido sin sorpresa ninguna.
Es una cultura nunca vista.
(...)
La tierra en Venus no es compacta como la de nosotros ni pesada sino una tierra liviana, suave. En cuanto a las piedras, nos imaginamos las de nuestro planeta y no es así. Hay piedras grandes, pequeñas, de todo, pero no tienen el peso de aquí, no son densas; se puede levantar una piedra que acá pesa arrobas, allá pesa son libras, nada, porque son livianas y de un material suave.
Los árboles no son gigantes, en la vegetación no hay espinas; no hay bejucos en las montañas que tranquen el paso. Uno puede entrar a una montaña de esas sin necesidad de llevar un machete o cuchillo, porque no hay nada qué cortar. No hay peligros por ningún lado.
(...) Las calles en Venus no son como las nuestras.
Las avenidas circulan como una escalera eléctrica aquí. No hay accidentes de ninguna especie porque todo está en orden y los vehículos son planchones muy bonitos, muy adornados, que ésos son los que salen; llegan a su destino, y se baja el planchón con todo y gente, no es la gente la que se baja sino el planchón. Y sube otro planchón que ya está listo con otra gente, para seguir su viaje. Esas calles
se mueven con energía solar, todas las maquinarias funcionan con energía solar; allá no usan el aceite ni la gasolina ni nada que contamine. Por eso no hay contaminación.
Para hacer las casas o edificios, ellos no se suben como aquí, que se trepan a muchos metros de altura a trabajar;
todos trabajan desde el suelo. La azotea del edificio es la primera que hacen, luego por medio de unos rodillos levantan ese planchón y siguen construyendo el otro piso. Cuanto está terminado, nuevamente lo suben con los rodillos y así sucesivamente, de acuerdo a la cantidad de pisos que quieran hacer, sin correr peligro de accidentes."