Millones de personas en la tierra celebran lo que llamamos Navidad, que es "supuestamente" el día en celebran el nacimiento de Cristo. Otros tantos, aunque menos de los que celebran la tradicional Navidad, celebran lo que la IC ha llamado la "Semana Santa" y la relacionada cuaresma, que se refieren al tiempo de la muerte de Jesucristo.

Los testigos de Jehová celebramos todos los años un día específico de cada año, que cae en diferentes fechas según el calendario judío, el día en que Jesús murió. Dicho en pocas palabras: la celebración de la muerte de Jesucristo, en contraste con la celebración de su supuesto "cumpleaños", es la única celebración que Jesucristo ordenó a sus discípulos celebrar hasta el momento en que él volviera para juzgar la tierra, Pablo lo dice aquí:

1Cor.11:23 Porque yo recibí del Señor lo que también les transmití, que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser entregado, tomó un pan 24 y, después de dar gracias, lo partió y dijo: “Esto significa mi cuerpo a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí”. 25 Hizo lo mismo respecto a la copa también, después de haber cenado, al decir: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre. Sigan haciendo esto, cuantas veces la beban, en memoria de mí”. 26 Porque cuantas veces coman este pan y beban esta copa, siguen proclamando la muerte del Señor, hasta que él llegue.

Aunque Pablo no estuvo presente el día que Jesús conmemoró dicha celebación, sabía lo que había sucedido y las palabras que Jesucristo había mencionado y lo que había hecho ese día, porque estuvo en asociación estrecha con otros cristianos que sí habían estado presente en aquella ocasión. Lucas escribió por otro lado algunos detalles del evento:

Luc.22:14 Al fin, cuando llegó la hora, él se reclinó a la mesa, y los apóstoles con él. 15 Y les dijo: “En gran manera he deseado comer con ustedes esta pascua antes que sufra; 16 porque les digo: No volveré a comerla hasta que quede cumplida en el reino de Dios”. 17 Y, aceptando una copa, dio gracias y dijo: “Tomen esta y pásenla del uno al otro entre ustedes; 18 porque les digo: De ahora en adelante no volveré a beber del producto de la vid hasta que llegue el reino de Dios”.
19 También, tomó un pan, dio gracias, lo partió, y se lo dio a ellos, diciendo: “Esto significa mi cuerpo que ha de ser dado a favor de ustedes. Sigan haciendo esto en memoria de mí”. 20 También, la copa de la misma manera después que hubieron cenado, diciendo él: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes.

La celebración o conmemoración de la muerte de Jesucristo tiene mucha importancia. Además de ser una celebración ordenada a los cristianos verdaderos, participar de ella y/o recordar ese día, muestra nuestra gratitud por el sacrificio que hizo el Hijo de Dios y el gesto de su Padre de ofrecerlo y estar dispuesto a tolerar su sufrimiento, para que la humanidad pudiera llegar a reconciliarse con Dios virtualmente en el presente, y en la práctica durante el Reino de Jesucristo sobre la humanidad del futuro.

El Diablo se encargó de los asuntos de la humanidad desde que el hombre desobedeció a Dios, y hasta ahora sigue ejerciendo el control sobre la casi totalidad de ella, con el derecho que le dió el primer padre de los humanos al abandonar la guía divina y escoger dirigirse a sí mismo. El derecho de Satanás es legítimo desde que fueron nuestros primeros padres quienes decidieron dejar de ser parte de la familia universal que se rige por los principios divinos. Los hombres fuimos entonces "vendidos" o entregados al pecado (que es el hacer cosas que no nos convienen y dejando de hacer las cosas que se declaran como principios o leyes divinos, elaborados extrictamente para nuestro propio provecho).

Por su lado, siendo el caso que Jehová aun ama a su creación humana y Jesús siente un afecto inmenso por nuestra raza, se arregló que un precio fuera pagado para que en algún momento la humanidad recuperara su relación de familiaridad con Dios como sus hijos y volver al proceder correcto para el cual fuimos creados. Jesús pagó ese precio con su sangre humana perfecta, y así nos dió la oportunidad de que aunque ninguno podemos ser completamente "correctos" en cada cosa que hacemos, podamos tener el derecho de ser restaurados algún día a la condición de perfección que nuestros padres tiraron por la borda.

Mucho se puede decir sobre el valor de la muerte de Jesús para la humanidad entera y qué pasos podemos realizar para beneficiarnos a plenitud de eso, y un tema no alcanza para explicarlo todo, pero al recordar ese día, mostramos cuánto apreciamos ese sacrificio.

Ayer al oscurecer fue ese día 14 de Nisán, y los testigos de Jehová celebramos el día con gozo, de la manera en que Jesús lo instituyó. Aunque algunos de los participantes del foro no hayan recordado ese día, siempre es tiempo para mostrar nuestro agradecimiento a Jesús y a su Padre por ese grandioso gesto de amor, que pretende destituir al Diablo del derecho que le dieron nuestros rebeldes primeros padres humanos y quitar de la tierra todo el daño que ha hecho desde entonces hasta ahora.

Heb.2:14 Por lo tanto, puesto que los “hijitos” son partícipes de sangre y carne, él también de igual manera participó de las mismas cosas, para que por su muerte redujera a nada al que tiene el medio para causar la muerte, es decir, al Diablo; 15 y emancipara a todos los que por temor de la muerte estaban sujetos a esclavitud durante toda su vida.

No importa cuántos errores hemos cometido. La muerte de Jesús nos ayuda a acercarnos a Dios a pesar de todo. Un GRACIAS DIOS es lo menos que podemos decirle.